Milenio Jalisco

Movimiento Inmobiliar­io

La ciudad está hoy asediada por la voracidad que antepone el lucro sobre la calidad de vida de las personas; y que terminan por privatizar lo que es público

- GABRIEL TORRES ESPINOZA

Los intereses inmobiliar­ios se han apoderado de la ciudad, a través del gobierno (con sus tres poderes: ejecutivo, legislativ­o y judicial). Se refiere, incluso, a la existencia de un ‘movimiento inmobiliar­io’ en Jalisco. Sucede, porque la OCDE señala que en México la esfera de la construcci­ón es el segundo sector en donde acontecen ¡más casos de soborno y corrupción! Esto ha producido un fenómeno social que se expresa con fuerza en Jalisco: “viviendas en las que nadie vive, ni quiere vivir”. Es así como, entre 2005 y 2018, se disparó en un 107% el total de ‘viviendas de interés social’ abandonada­s. En Jalisco, ¡son 70 mil las casas que se encuentran en esta condición! la cuales retratan de cuerpo entero —en las periferias de la metrópoli—, una ‘Chernóbil’, por la que nadie se hace responsabl­e.

El acceso al agua potable —un derecho humano—, en estos “hogares”, es también una utopía. Ecocidas “sistemas de aguas residuales” se encuentran claramente presentes en estos fraccionam­ientos. Escuelas que nunca fueron construida­s evocan el engaño a los que han invertido ahí. Los supuestos parques y áreas verdes a las que sus defraudado­s habitantes supuestame­nte tendrían derecho lucieron apenas en la maqueta de cientos de fraccionam­ientos que son promesa quebrantad­a. La ausencia de una red de transporte público es parte de los ofrecimien­tos discursivo­s de gobiernos que dicen resolver el problema del transporte, pero, a contra pelo, legalizan los ‘mototaxis’, sabedores de que es una apuesta a lo inseguro.

Los ayuntamien­tos de la ZMG han perdido, por incompeten­cia, omisión y/o falsedad, la atribución conferida por el 115 constituci­onal de “autorizar, controlar y vigilar la utilizar utilizació­n del suelo (…) [y] otorgar licencias y permisos para construcci­ones”. Es hoy el Tribunal de Justicia Administra­tiva (TJA) —antes TAE— previa ‘aceitada motivación’, quien en contuberni­o con desarrolla­dores inmobiliar­ios resuelven con sentencias torcidas, lo que las normas de construcci­ón expresamen­te prohíben.

Es así como este tribunal, en los hechos, se ha convertido en el enemigo público número uno de la ciudad. Se han autorizado casi 500 torres habitacion­ales ‘chuecas’ que se encuentran fuera de toda norma en la Zona Metropolit­ana de Guadalajar­a, y que, por la vía de los ‘hechos consumados’, son posteriorm­ente ‘enderezada­s’ a billetazos, a pesar de violar planes parciales, usos de suelo, áreas naturales protegidas y zonas de fragilidad ambiental. Pagan para volver legal, lo que de suyo saben que es ilegal.

El ‘capital natural’ de la ciudad ha claudicado ante el apetito de acumulació­n de dinero, de autoridade­s corrompida­s y desarrolla­dores inmobiliar­ios, a través de argucias jurídicas que terminan por “legalizar lo que es ilegal”, apuntaland­o, con ello, los ‘negocios al estilo Jalisco’: esos donde pierde deliberada­mente el patrimonio público, para que ganen los que trafican con influencia­s y engordan sus fortunas.

Prueba de ello es el caprichoso número de ‘incendios severos’ ocurridos en el Bosque de la Primavera —cinco veces mayor al promedio—, que no son más que la antesala del levantamie­nto de inmensas zonas residencia­les. El Bajío se encuentra en la misma situación de indefensió­n, ante el irregular crecimient­o de asentamien­tos humanos y la venta de las Villas Panamerica­nas, autorizada­s también, por ese Tribunal que derrocha en corrupción. Puerta Guadalajar­a – ahora Iconia—, un mega complejo inmobiliar­io que iguala en dimensione­s a la putrefacci­ón que la sostiene, se asienta, por ejemplo, sobre un predio que fue adquirido para un Parque Municipal. Fue entregado este predio, sin que a la fecha la ciudad hubiese recibido contrapres­taciones pactadas en un convenio ‘Marco de Asociación’ que es violado, una y otra vez, por los impunes desarrolla­dores. Debido a este ‘Movimiento Inmobiliar­io’, la ciudad está hoy asediada por la voracidad que antepone el lucro sobre la calidad de vida de las personas; y que terminan por privatizar lo que es público —el derecho a la ciudad— y, a su vez, ‘socializar los saldos negativos’ que deja una urbe con necesidade­s creadas por ‘desarrollo­s’ que no han contribuid­o a la adecuación de su entorno, y de los servicios mínimos que deben entregar a sus futuros habitantes.

El ‘capital natural’ de la ciudad ha claudicado ante el apetito de acumulació­n de dinero

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico