CON PELOS Y SEÑALES
ya llegaron las flores que dan vértigo, ven y serás glorificado/. Ya retumba el tambor: sea el baile: con bellas flores narcóticas se tiñe mi corazón”.
Menos potente que los hongos alucinógenos, el poyomatli mezclado con tabaco o disuelto en chocolate quizá permitía a los poetas controlar su propio delirio, una condición indispensable para “poner las palabras de pie”, la misión del poeta prehispánico según Miguel León Portilla. Algunos indicios razón lo gustara/ mi vida se embriagaría”. La atmósfera dionisiaca evocada en estos versos sugiere que el hongo mágico soltaba las amarras del corazón, ya fuera en el canto o en el petate.
La alabanza de las flores en la poesía náhuatl es un tópico tan reiterado que puede fastidiar a un lector moderno. Para elogiar, por ejemplo, a un guerrero águila, se le llamaba “flor de los escudos”, los campos de batalla se regaban con flores de sangre y los propios cantos eran tentativas por crear flores inmarcesibles, perfeccionando la tarea de los dioses. La rosa es la flor poética por excelencia, y al parecer los antiguos mexicanos la estimaban tanto como los europeos. El consumo de poyomatli deja entrever que las rosas mezcladas con espumoso cacao embellecían también los jardines del pensamiento. La rosa con hongos es una rosa enferma, pero los mexicas, intuyeron, antes que Baudelaire, el encanto encerrado en las flores del mal.
Que yo sepa, el poyomatli desapareció junto con la civilización prehispánica, pues nadie lo consume en la actualidad, como sí sucede, por ejemplo, con el peyote o la extensa variedad de hongos alucinógenos (derrumbes, pajaritos, etcétera) recolectados en los bosques México. ¿Las técnicas de cultivo introducidas por los españoles erradicaron el hongo de la rosa? ¿Los insecticidas le dieron la puntilla? ¿No habrá manera de resucitarlo en algún laboratorio? Lo que sí ha prevalecido es la combinación del chocolate con sustancias psicotrópicas. Existe un mercado negro de chocohongos y algunos adolescentes eternos se han aficionado al chocomilk con mota, en busca de la juventud que perdieron o malograron. Es difícil imaginar las veladas bohemias de los poetas prehispánicos
volverán._ sin suspirar de nostalgia. La extinción de un paraíso artificial puede ser benéfica en términos de salud pública, pero junto con él muere una fuente de intuiciones y ensueños que tal vez nunca