Violencia electoral
En lo que va del actual periodo electoral (septiembre 2023 a marzo 2024) se han presentado 182 incidentes de violencia política, de acuerdo con reporte de Integralia Consultores, destacando los 23 homicidios de candidatos, incluyendo el asesinato de Gisela Gaytan, aspirante a la alcaldía de Celaya, que son el ejemplo de cómo los criminales empoderados están acotando la democracia en nuestro país, al decidir a balazos quién participa y quiénes no deben hacerlo.
Con estas agresiones se diluye la línea entre los intereses de los políticos y los de los criminales, donde pareciera que algunos casos se entrelazan, cuando partidos o candidatos pudieran estar resolviendo diferencias con amenazas o agresiones.
De estos 23 asesinatos, nueve ocurrieron a candidatos de Morena, cuatro a candidatos del PAN, tres de Movimiento Ciudadano, tres del PRI, uno del PT, otro del Partido Verde, y uno más del PRD. Cinco ocurrieron en Guerrero, tres en Michoacán y dos asesinatos en Guanajuato, Jalisco, Veracruz, Chiapas y Estado de México; y con uno, Puebla, Colima, Ciudad de México y Morelos.
Como antecedente, de acuerdo con el trabajo Urnas y Tumbas de la elección pasada del 2021 del investigador Sergio Aguayo, del Colegio de México, se reveló que de los 32 homicidios que se presentaron en ese periodo electoral, el 80% de las agresiones fueron del ámbito municipal, las victimas en su mayoría eran opositores a los alcaldes en turno, los ataques fueron a balazos fulminantes y fatales, no hubo advertencia de por medio, y la mayoría quedaron en la impunidad, no se detuvo a los responsables.
La violencia política enturbia la calidad de la democracia, y está afectando a la gobernabilidad de muchas regiones del país. Los criminales le han arrebatado a los gobiernos ineptos o coludidos la exclusividad del uso de la fuerza al ofrecer seguridad, recaban “impuestos” a través del cobro de piso o la extorsión. No es casual, quienes generan violencia tienen clara la intención de modificar los resultados electorales y provocar miedo entre los candidatos y también entre los electores.
La violencia política y criminal no se detiene y puede ser peor en los siguientes días.
La violencia política enturbia la calidad de la democracia