Lamenta que no hayan alzado la voz por su hijo
Desaparecidos. Liliana Meza es madre de Max, un alumno de la UdeG que fue privado de su libertad en octubre de 2020
Maximiliano Romero Meza era estudiante de la Universidad de Guadalajara (UdeG). El 22 de octubre de 2020 fue privado de su libertad, y hasta la fecha no ha sido localizado. Tras el caso reciente de Aldo González Sevilla, la madre de Max, como ella lo nombra, habló a este medio sobre su situación y la de las demás víctimas.
“Ahora que sucedió lo de Aldo, mí me resonó mucho, porque mi hijo iba en el mismo semestre, con buenas calificaciones. La misma edad, la misma institución a la que iban, aunque fueran carreras distintas y digo cómo es posible que se sigan repitiendo estos casos”, dijo Liliana Meza, la mamá.
Reclamó que la universidad no se hubiera manifestado por su hijo: “Me parece muy bien que la UdeG haya levantado la voz, que haya hecho este paro, pero me hubiera encantado que también lo hubieran hecho por mi hijo en determinado momento. Yo no tuve ese apoyo de la casa de estudios”.
Maximiliano cursaba el segundo semestre de la licenciatura en Diseño Gráfico, en el Centro Universitario de Arte Arquitectura y Diseño.
El entonces joven de 18 años fue sustraído de su domicilio por sujetos armados, en el municipio de Zapopan. Pocos días después de la desaparición forzada de
Maximiliano, a Liliana le proporcionaron información de que el joven había sido visto en un rancho, pero ante la falta de presión mediática y de la universidad, las autoridades tardaron un año en hacer algo.
“Me da no sé si tristeza o coraje, es ridículo. Un año para que se hiciera el cateo de ese rancho. Si mi hijo hubiera estado ahí y hubiera tenido la oportunidad de ser rescatado la perdió, porque un año después un juez decidió, o quizá el MP, durar un año para darle trámite a mi petición”, agregó familiar.
Liliana no ha parado de buscar a su hijo en todos estos años. Por lo menos una vez a la semana colabora en búsqueda en campo en diversos municipios de Jalisco: “A veces es tan desesperante que pasa el tiempo y que no sepamos nada, que a veces digo, pues entonces quizá ya no esté en lo terrenal, pero si no está en lo terrenal dónde lo busco, dónde lo encuentro”.
En cada fosa clandestina que Liliana ha localizado en conjunto con el colectivo que lidera, surge el anhelo de encontrar a su hijo, pero también el miedo de localizarlo sin vida: “Son muchos sentimientos, cuando los encontrarnos en pedazos y saber que así puedo encontrar a mi hijo y que yo con mis propias manos puedo sacarlo. Es desesperante y cómo es posible que las autoridades sigan sin hacer nada, no solo para encontrar sino para parar esto”.
“Me da no sé si tristeza o coraje, es ridículo. Un año para que se hiciera el cateo de ese rancho. Si mi hijo hubiera estado ahí y hubiera tenido la oportunidad de ser rescatado la perdió”.
“Son muchos sentimientos, cuando los encontrarnos en pedazos y saber que así puedo encontrar a mi hijo y que yo con mis propias manos puedo sacarlo. Es desesperante y cómo es posible que las autoridades sigan sin hacer nada, no solo para encontrar sino para parar esto”
Liliana Meza Madre de Max