La estética de la insumisión
La muestra Sublevaciones, curada por el historiador del arte y filósofo francés Georges Didi–Huberman, que se presenta en el MUAC, revitaliza la idea del Eros en la vida cotidiana. Las más de 250 piezas que la integran aluden al concepto de “levantamiento”, que va desde lo físico, pasando por lo espiritual, hasta lo teórico, lo reflexivo, lo afectivo, lo irracional. Levantamientos que incitan a imaginar el futuro.
El espectador deambula por un recorrido histórico transversal, que además de presentar una cronología visual, política y estética de lo que implica, provoca, origina, significa la acción de sublevar, potencia la reflexión. Es una puerta a la filosofía.
Quizá para algunos resulte una exhibición meramente ilustrativa de las ideas de Didi– Huberman, y en un sentido lo es; sin embargo, la posibilidad de transitar visualmente un libro se antoja y resulta enriquecedor. Tal vez para otros se sirva del museo como un vehículo pedagógico. Lo atractivo es la provocación. No hay manera de no salir tocado. Más allá de ideologías, la confrontación visual con los manuscritos, documentos, pinturas, dibujos, grabados, fotografías y películas de distintas épocas, tesituras, texturas y latitudes, clasificados en cinco ámbitos —Elementos, Gestos, Palabras, Conflictos y Deseos—, nos hacen levantar la mano y mirar al otro.
Sí, podría verse solo por los momentos históricos o por las referencias a una sede: el curador reedita la lista de obra de acuerdo con el lugar que la acoge. En este caso, Didi–Huberman sumó a piezas hermosamente perturbadoras, como los grabados de Goya, Ritmos primarios, la subversión del alma de Hugo Aveta, Máquinas de palabras de Bernard Heidsieck, el manifiesto estridentista, los papalotes de los 43 desaparecidos de Francisco Toledo y la Toma de la Finca Liquidámbar de Omar Meneses, entre otras, que hablan de los impulsos de libertad locales. Aunque el espectador podría olvidarse de las cédulas y abandonarse a la contemplación para toparse con piezas que captan la belleza del acto de sublevarse como La mesa flotante de Roman Signer, El quijote de la farola de Alberto Korda o Fácil de recordar de Lorna Simpson, mirar la necesidad de hacer arte como rebeldía, de asumir la insumisión como una dinámica para inventar otros no y otros sí.
Sublevaciones es una exposición y una posibilidad. Es un texto que plantea ideas audaces, de esas que Goethe nombraba “piezas de ajedrez” que “pueden ser vencidas, pero también pueden iniciar una partida victoriosa”.