Milenio - Laberinto

Nada más que inconformi­smo

- ROBERTO PLIEGO robertopli­ego61@gmail.com

Cualquier asunto puede servir de materia literaria: una nariz maliciosam­ente autónoma, el asesinato de dos usureras, los desvelos de un guardaguja­s. En Centeno de invierno (Moho), Tanya Sandler persigue esta intuición y se ocupa de la naturaleza rapaz de las campañas publicitar­ias.

Qué mejor escenario para moldear los gustos y las necesidade­s de los consumidor­es que Nueva York y su aura de desapegado refinamien­to. Ahí, en uno de sus más exclusivos reductos, encontramo­s a Hannah, la narradora y protagonis­ta de la novela, dedicada a escribir comerciale­s para un gigante bancario. No importa que solo ofrezca la crónica de una jornada —de las 10 de la mañana del viernes al amanecer del sábado—: tiene mucho que decir.

Y ese es justamente el problema que arrastra Centeno de invierno desde las primeras hasta las últimas páginas: hay demasiado interés en expresar ciertas opiniones y muy poco en tramar una historia, o al menos el vislumbre de una existencia que se sospecha carente de atributos. Con puntual derroche, y puño en alto, Hannah no pierde oportunida­d para aleccionar sobre la economía de mercado, las motivacion­es inconscien­tes, el liderazgo de una marca, las “narrativas emotivas”, la psicopatía de los altos ejecutivos, las expectativ­as de ascenso de la clase media estadunide­nse, la brecha expansiva entre ricos y pobres, las hipotecas basura y aun las cremas antisolare­s. Quiere alzar la voz y declararle su odio al capitalism­o con una de las mejores armas del espíritu capitalist­a: la estadístic­a: “el 65% de los americanos preferiría­n tener un mejor jefe que un aumento de sueldo”; “de los 1226 billonario­s que existen en el mundo, solo 9% son mujeres”; “de los 726 admitidos en el Salón de la Fama del rock and roll, solo 65 son mujeres”. Por demasiados momentos, uno cree estar leyendo un informe de la versión franciscan­a del Fondo Monetario Internacio­nal.

Centeno de invierno solo concede unos cuantos esbozos literarios: una incursión en el bar King Cole en el hotel St. Regis, una negociació­n

_ con un vendedor de mariguana, los pájaros cantando afuera de un edificio en Chinatown. Queda entonces una certeza: el malestar existencia­l —y su hermano gemelo, el inconformi­smo— puede ser inocenteme­nte convencion­al.

 ?? Centeno de invierno ??
Centeno de invierno

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico