Milenio - Laberinto

El hombre que amaba a su perro

- FERNANDO ZAMORA @fernandovz­amora FOTOGRAFÍA PRIME VIDEO

EBuen perro ofrece la posibilida­d de ver un thriller un poquito más realista

n general Buen perro (disponible en cines a partir del 23 mayo) resulta entretenid­a. Aunque mejor esperar a verla por streaming. Después de todo es un thriller en el estilo estadunide­nse de paranoia blanca: el chico privilegia­do baja de la nube y condescien­de a una chica “inferior” Comienzan los problemas. El cine de California tiene cientos de ejemplos de tramas así, pero como Buen perro es una película noruega, ciertos mexicanos discretame­nte racistas creerán que los dos son güeritos y, por tanto, buenos. Y resulta que no. Buen perro entrega pues, cumple lo que promete, uno se emociona sobre todo cuando se da cuenta de que el bueno no ha terminado de rematar a batazos al malo cuando ya está tratando de salvar al más bueno de todos. Es parte del espectácul­o, supongo, que todos en el cine tengamos ganas de gritar: ¡escapa ya! Eso sí, no hay discursos en el estilo de Batman (Dios, gracias). Los archienemi­gos del hombre murciélago siempre terminan tras las rejas porque hablan de más. Aquí no. Buen perro ofrece la posibilida­d de ver un thriller un poquito más realista, aunque próximo a Hollywood y no a Trier y La trilogía de Oslo. Pero, qué vamos a hacer. A menudo uno quiere entretenim­iento y tal vez pensar que la premisa de Buen perro es muy real. En 2019 Jean-François Braunstein escribió La filosofía se ha vuelto loca. Algunos de sus capítulos se llaman: “De los buenos sentimient­os a la abyección”, “El género y la negación del hombre” y “El animal y el olvido del hombre”. Hay más, pero con estos basta para construir un thriller. Christian es el galán. Es rubio natural y viste de modo espectacul­ar. Para excitar más a los amantes de la frivolidad­es multimillo­nario. Usa Tinder, eso sí, para conocer chicas, si bien el espectador avezado notará en seguida que también busca chicos. Durante la primera cita con Sigrid ella queda encantada. Más cuando Christian recita casi a la letra lo que dice Braunstein de los buenos sentimient­os. Eso sí, ella no ha podido dejar de notar una, digamos, excentrici­dad de Christian. Algo que en el mundo de la filosofía contemporá­nea no pasa de ser la caracterís­tica de un hombre tan pero tan bueno que mira a la naturaleza espectacul­ar de su país tomando un trago de vino y murmura: el mundo es un lugar terrible. Ahora bien, una cosa es que uno tenga buenos sentimient­os y otra que la UNAM publicite un seminario que se llama el posthumani­smo y la cuestión de la animalidad: Michel Foucault, Jacques Derrida y Judith Butler. Con esos nombres que cada uno piense lo que le da la gana, pero cuando hay filósofas que escriben libros como When Species Meet, dedicado al deporte que practica la filósofa con su perrita y que incluye hablar de la simbiosis perfecta y postestruc­turalista que implica que las mucosas de ama y mascota entren en contacto, uno no puede menos que preguntars­e como Braunstein si no es que la filosofía (o mejor, todos) nos hemos vuelto locos de verdad. Como Christian, más de uno se quejará del trato que se da a quien sufre eso que antaño llamaban disforia de género y comiendo queso y tomando vino harán caer rendida a sus pies a la chica que ha quedado convencida de que el mundo es un sitio cruel. Entonces, el filósofo de banqueta, el príncipe azul comienza a demostrar que no es necesaria

arma._ tanta filosofía para entender aquella máxima de que de buenas intencione­s está hecho el camino al infierno. Pero ¿quién cree en el infierno? Justamente aquí sólo Christian. Y habrá que ver la que

 ?? ?? Buen perro. Dirección: Viljar Bøe. Noruega, 2019.
Buen perro. Dirección: Viljar Bøe. Noruega, 2019.

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