EU, rota; ricos pagan por investigación, pobres no pueden cuidar sus dientes
pensamiento mágico de la curva de Laffer, que plantea que los recortes de impuestos siempre aumentan el crecimiento.
Sin embargo, a escala estatal, los políticos conservadores no únicamente renuncian a esa idea, sino que van al lado opuesto. Solo hay que ver a Kansas, un estado republicano que redujo al máximo la tasa marginal más alta de gravámenes y los impuestos corporativos en 2012 y 2013. Desde entonces tuvo un crecimiento más lento y mayores déficits, lo que llevó a importantes recortes en todo, desde la educación hasta la infraestructura y el gasto social, lo que hizo que Kansas fuera un lugar menos atractivo para las empresas en general (la calificación de los bonos del estado se degradó dos veces en el último año).
No solo los miembros republicanos del Congreso aprobaron los incrementos de impuesto para suministrar servicios básicos, sino que Jerry Moran, un senador de Kansas, se convirtió en una traba para las aspiraciones de la reforma de salud de su partido a escala nacional. Él y un número de senadores de estados con poblaciones pobres y rurales argumentan que económica y socialmente está mal revertir la cobertura solo por buscar revocar la legislación insignia de Obama. Tiene razón, y tanto los republicanos como la gente de negocios tienen que pensar cuidadosamente sobre las lecciones aquí.
La elección de Donald Trump derrumbó gran parte de lo que pasaba como sabiduría política en Washington. Pero su elección en parte es el resultado del hecho de que el pensamiento económico conservador de la corriente principal se quedó en el pasado.
Los republicanos y muchos líderes empresariales que apoyan al partido no lograron seguir adelante de las Reagonomics, que postula que el gobierno no puede hacer nada excepto reducir impuestos.
Pero los votantes, con razón, perdieron la fe en este mensaje, ya que no funcionó en los últimos 20 años.