Los actores Fernanda Castillo,
Elvira Richards, Raúl Méndez y Héctor Kotsifakis, que formaron parte de las actividades del Fenacine en Lerdo, regresaron a la Ciudad de México
Los testimonios comenzaron a darse incluso antes de llegar a la Ciudad de México, comenzaron en el aeropuerto de Torreón. Parecía una convención de famosos: Los actores Fernanda Castillo, Elvira Richards, Raúl Méndez, y Héctor Kotsifakis habían tomado parte de las actividades del Fenacine en Lerdo: “El primero, el de 8.2 grados nos agarró a Raúl mi esposo y a mí en la casa y se sintió como si con la cadera hicieras ochos porque fue ondulatorio, pero el segundo... no te puedo explicar con palabras lo que experimenté. Estaba en mi oficina, al sur de la Ciudad de México, en una escuela de actuación propiedad de Patricia Reyes Espíndola, cuando sentí en los pies que el suelo brincaba, alcancé a decirles a mis compañeros que salieran, vi como caía Otto Sirgo (actor) porque definitivamente no nos podíamos sostener, la gente entró en pánico en las calles”, narró la actriz y directora de teatro Elvira Richards quien llegó días antes a la ciudad para impartir talleres actorales en el Festival Nacional de Cine y de paso aprovechó para visitar a su familia radicada en Torreón: “Este tipo de cosas te ayuda a replantear tu situación de vida, pero definitivamente no me regresaría a Torreón, allá Contingentes enteros no cesan de realizar jornadas enteras de labores en medio de la tragedia. tenemos hecha nuestra vida, sería empezar de cero”.
Fernanda Castillo perdió a miembros de su familia en el sismo de la Ciudad de México, aún así decidió asistir al Festival de Cine en la Comarca Lagunera, la actriz vestía una camiseta con la leyenda #FuerzaMéxico, los demás: Raúl Méndez y Héctor Kotsifakis con caras largas.
Al llegar a la Ciudad de México, nos recibió Cuauhtémoc Carmona, un colaborador de Milenio La Opinión
Sentí en los pies que el suelo brincaba, alcancé a decirles a mis compañeros que salieran, vi como caía Otto Sirgo” Los primeros tres días fueron de mucho dolor, de mucha tristeza la actividad estuvo detenida”
Laguna, gomezpalatino y radicado en la capital, se hacía acompañar por el arquitecto Fernando Arroyo Crespo, ambos coincidieron que había un sentimiento “agridulce” entre la gente: “Los primeros tres días después del temblor fueron de mucho dolor, de mucha tristeza, la actividad en todas las oficinas (públicas y privadas) estuvo detenida, salvo aquellas que estaban trabajando para la atención de las víctimas, la sensación en general era de duelo y los días posteriores el ambiente se fue relajando”. Carmona asegura que luego las personas salieron a las calles con solidaridad colectiva, la gente se preguntaba con qué ayudo, qué aporto, qué llevo.
Justo en medio del camino entre el aeropuerto y el centro de la Ciudad de México se ubica un gran complejo comercial que en el pasado (1985) operaba como un estadio de beisbol perteneciente al Instituto Mexicano del Seguro Social, hasta ese lugar la autoridad trasladó cientos de cadáveres de personas que habían muerto durante el sismo.
Carmona y el arquitecto Arroyo concluyeron que la ciudad resistió, con ese simple ejemplo, ya que en 1985 tuvieron que habilitar un estadio para resguardar cuerpos, ahora la cifra, aunque lamentable, no requirió de un estadio.