Los desplazados
El Gobierno de Ciudad de México dio a conocer ayer la cifra más reciente de las personas que murieron en el terremoto del 19 de septiembre: 198 personas, una proporción alta de las 337 personas que, según las mismas autoridades, perdieron la vida en todo México. Hay cientos de heridos más. Y hay también otra clase de víctimas: los desplazados. ¿Cuántos son? No lo sabemos, pero son muchas decenas de miles.
Unos están en la capital y otros en la provincia. Unos son ricos y otros son pobres. Algunos perdieron sus casas, que cayeron desplomadas (los terremotos de septiembre destruyeron más de 27 mil hogares en México). Otros no perdieron sus casas, pero las tuvieron que dejar (los terremotos dañaron 19 mil 700 hogares tan severamente que son ahora inhabitables). Unos más no perdieron sus casas ni las tuvieron que dejar por quedar inhabitables, pero las abandonaron por estar al lado de edificios muy dañados, algunos de los cuales tendrán que ser demolidos (alrededor de 500 en Ciudad de México). Algunos de los desplazados, a pesar del riesgo, han vuelto a sus hogares, apenas por un momento, para volver a sentir el calor de su hogar.
El futuro de los desplazados es incierto. Muchos están en los albergues. Nada más en la capital han sido atendidas alrededor de 24 mil personas en esos refugios, según el jefe del Gobierno de Ciudad de México. Muchos más, la mayoría, están en casa de amigos o familiares. No es necesario tener mucha imaginación para saber lo que supondrá, tarde o temprano, una situación así. “Va a desgastar las relaciones, va a poner a prueba las amistades”, en palabras de Marina Franco y Kirk Semple, autores de un artículo publicado al respecto por el New York
Times, en el que reseñan las acciones emprendidas para la reconstrucción de los hogares de los mexicanos en toda la República. El gobierno de Ciudad de México dio a conocer un plan de crédito a tasas bajas para quienes van a tener que reconstruir sus casas. El gobierno de la República anunció (en un video del presidente Peña Nieto) que apoyará con materiales y recursos, sin dar más detalles, a la reconstrucción de las viviendas. Hay también iniciativas que surgen de los ciudadanos. El proyecto Arriba México invita en su portal a donar a favor de quienes perdieron sus hogares ( www.arribamexico.
org). “Arriba México es una iniciativa creada por mexicanos”, dice su portal, “para que te alojes, de forma simbólica, en edificios, casas y habitaciones devastadas por el terremoto ocurrido en septiembre de este año, con el fin de recaudar fondos que serán destinados para la reconstrucción de México”. Los fondos recaudados serán administrados por una asociación civil sin fines de lucro, con experiencia de más de cien misiones en varios países durante más de diez años: el Comité de Ayuda a Desastres y Emergencias Nacionales (Cadena). Muchos mexicanos han dado su ayuda espontanea en las calles, pero es necesario continuar, ordenar y formalizar esa solidaridad, para apoyar a los refugios con infraestructura y para secundar la reconstrucción de los hogares de los mexicanos afectados por los terremotos. Habrá litigios, que serán interminables, en torno a los edificios más dañados; tardará muchos años la reconstrucción. Por eso es importante dar orden y continuidad a la solidaridad de los mexicanos.