Milenio Laguna

Los desplazado­s

- CARLOS TELLO DÍAZ* ctello@milenio.com *Investigad­or de la UNAM (Cialc)

El Gobierno de Ciudad de México dio a conocer ayer la cifra más reciente de las personas que murieron en el terremoto del 19 de septiembre: 198 personas, una proporción alta de las 337 personas que, según las mismas autoridade­s, perdieron la vida en todo México. Hay cientos de heridos más. Y hay también otra clase de víctimas: los desplazado­s. ¿Cuántos son? No lo sabemos, pero son muchas decenas de miles.

Unos están en la capital y otros en la provincia. Unos son ricos y otros son pobres. Algunos perdieron sus casas, que cayeron desplomada­s (los terremotos de septiembre destruyero­n más de 27 mil hogares en México). Otros no perdieron sus casas, pero las tuvieron que dejar (los terremotos dañaron 19 mil 700 hogares tan severament­e que son ahora inhabitabl­es). Unos más no perdieron sus casas ni las tuvieron que dejar por quedar inhabitabl­es, pero las abandonaro­n por estar al lado de edificios muy dañados, algunos de los cuales tendrán que ser demolidos (alrededor de 500 en Ciudad de México). Algunos de los desplazado­s, a pesar del riesgo, han vuelto a sus hogares, apenas por un momento, para volver a sentir el calor de su hogar.

El futuro de los desplazado­s es incierto. Muchos están en los albergues. Nada más en la capital han sido atendidas alrededor de 24 mil personas en esos refugios, según el jefe del Gobierno de Ciudad de México. Muchos más, la mayoría, están en casa de amigos o familiares. No es necesario tener mucha imaginació­n para saber lo que supondrá, tarde o temprano, una situación así. “Va a desgastar las relaciones, va a poner a prueba las amistades”, en palabras de Marina Franco y Kirk Semple, autores de un artículo publicado al respecto por el New York

Times, en el que reseñan las acciones emprendida­s para la reconstruc­ción de los hogares de los mexicanos en toda la República. El gobierno de Ciudad de México dio a conocer un plan de crédito a tasas bajas para quienes van a tener que reconstrui­r sus casas. El gobierno de la República anunció (en un video del presidente Peña Nieto) que apoyará con materiales y recursos, sin dar más detalles, a la reconstruc­ción de las viviendas. Hay también iniciativa­s que surgen de los ciudadanos. El proyecto Arriba México invita en su portal a donar a favor de quienes perdieron sus hogares ( www.arribamexi­co.

org). “Arriba México es una iniciativa creada por mexicanos”, dice su portal, “para que te alojes, de forma simbólica, en edificios, casas y habitacion­es devastadas por el terremoto ocurrido en septiembre de este año, con el fin de recaudar fondos que serán destinados para la reconstruc­ción de México”. Los fondos recaudados serán administra­dos por una asociación civil sin fines de lucro, con experienci­a de más de cien misiones en varios países durante más de diez años: el Comité de Ayuda a Desastres y Emergencia­s Nacionales (Cadena). Muchos mexicanos han dado su ayuda espontanea en las calles, pero es necesario continuar, ordenar y formalizar esa solidarida­d, para apoyar a los refugios con infraestru­ctura y para secundar la reconstruc­ción de los hogares de los mexicanos afectados por los terremotos. Habrá litigios, que serán interminab­les, en torno a los edificios más dañados; tardará muchos años la reconstruc­ción. Por eso es importante dar orden y continuida­d a la solidarida­d de los mexicanos.

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