“Informe Universidad Texas: ¿A Huevo o no?”.
H abla conductor de programa de noticias televisivo: El 6 de noviembre pasado, día de la presentación del último Informe del Gobernador Rubén Moreira, la Universidad de Texas lanzó un reporte de testimonios en juicios contra integrantes de los Zetas en Texas y su presencia en Coahuila.
Yamil: ¡Les cayó el chahuistle a los Moreira!
Fernando: ¡Ora si se jodieron! Su vínculo y el de sus funcionarios públicos con los malos es evidente.
Goyo: Sin contradecirlos. ¿Qué hay de nuevo en esos testimonios? Los mismos, de manera individual, han sido publicados durante los últimos años.
Fernando: Si, pero este estudio integró lavado de dinero, abusos a derechos humanos…
Yamil: … narcotráfico y homicidios.
Goyo: Sin duda. La integración fortalece su argumento. Pero, ¿no creen que el ánimo post electoral magnífica los resultados de ese reporte para golpear al Gobernador y negar sus logros en seguridad pública? Yamil: A chinga’, ¿cuáles logros? Fernando: Qué pues Goyito, seguimos igual o peor.
Goyo: Ahí les va un logro reconocido por la Secretaría de la Defensa: La reducción del 83% en la incidencia de homicidios y, en nuestro caso, la relativa tranquilidad para caminar las calles, salir a restaurantes o antros y transitar las carreteras de Coahuila.
Fernando: Pos’ yo me apego al reporte y exijo profundizar sus acusaciones.
Goyo: ¿Seguro? ¿Aunque el análisis contenga testimonios de personas sin calidad moral?
Yamil: Me vale madre. Todo es cierto.
Goyo: Pues, les tengo noticias. Ante la presión de una demanda por 50 millones de dólares del Gobierno de Coahuila, la Universidad de Texas se deslindó del estudio y, su coordinador, Ariel Dulitzky, declaró que el mismo “carece de la metodología de un informe de Derechos Humanos, de una presentación judicial o de un reportaje”. Es sólo, concluyó, un análisis “de los testimonios de testigos en Texas. Lo que hagan organizaciones o autoridades mexicanas con nuestro informe no es nuestra responsabilidad”.
Yamil: Ya te dije, Goyito. Me vale madre. Todo es cierto.
Fernando: ¡A huevo!