Evocan el teatro de carpa para darle poder al pueblo
Esa tradición hizo aportes que han sido despreciados y olvidados
El actor, director y dramaturgo César Enríquez se planteó varias cuestiones: “¿Cuál es la razón por la cual el cómico y el actor de arrabal y carpa nunca han sido considerados creadores de altos vuelos? ¿Por qué no se habla de ellos en los libros de historia nacional, como sí de los juglares o de la comedia del arte? ¿De dónde viene esa censura y qué fue de muchos de ellos que fueron perseguidos por un dictador? “En su elitismo, la misma comunidad teatral denostó mucho tiempo esta forma teatral, que fue un parteaguas en la dramaturgia nacional y la creación de espectáculos. Entonces decidí compartir estas historias de valentía, de orgullo, de vejación y olvido, y darle al pueblo el poder que merece”, señala Enríquez.
Su más reciente creación, ¡Por jodidos yhoci con es mataron a los actores!, busca mostrar la creatividad que legaron a la dramaturgia. La pieza, que se presentará a partir del próximo 4 de abril todos los miércoles de ese mes a las 20:30 en el Teatro Helénico, contará con las participaciones de Pueblo López, Rodrigo Ostap y Enríquez.
Según el director, “la obra sucede en lo sórdido y la oscuridad de una celda de San Juan de Ulúa. Los personajes son desaparecidos, seres sin sepultura, muertos por inanición, que se contraponen escénicamente por estar dotados de una luminosidad y color en la comedia, un ritmo cardiaco y en la necesidad y urgencia de narrar su historia, acontecida antes de de ser atrapados”.
La historia muestra los esqueletos de tres míseros que no saben ni quiénes son y vagan perdidos hasta hoy. Fueron valientes cómicos que se ganaron la vida y la muerte al escenificar historias de vergüenza nacional con picardía y vulgaridad. Los tres personajes escarbarán la memoria para desenterrar su pena y su gloria. “Realizamos una sólida investigación sobre el teatro de jacal, previo al de carpa, el de revista y las tandas, y así se crea este espectáculo sobre memoria, identidad, rebeldía y libertad. La música es creación original cimentada en polkas, valses y música mexicana de época que rescata el humor de la música mexicana. “La obra es un homenaje a nuestro teatro popular, hilarante, sicalíptico, vulgar, político y de resistencia, que fue nuestra gloria pero que ha sido olvidado y tiene poco registro”, dice Enríquez.
El escritor eligió a los tres muertos mencionados para desenterrar junto su propia historia y la de un teatro que “es un espectáculo que tiene como eje la censura contrastada con la libertad y la posibilidad de denuncia, aunque el destino suele ser la muerte”.