“El Amor en Tiempos Electorales”
De manera secreta, Andrés Manuel, José Meade y Ricardo Anaya se reunieron en un discreto café, porque los 3 son adictos confesos al Día de San Valentín.
Llegaron con un globo: el de Andrés Manuel era un corazón rojo con la frase “Estoy listo, México, ¡recíbeme papá!”. El de Ricardo era rojo metálico con un osito pelón y las leyendas “Mexico be mine” y “Le Mexique est à moi” (México sé mío); y el de Pepe era una ranita tricolor con corazones en sus ojos y la inscripción: “¿Quién te quiere México? ¡Pos’ yo mero!”.
Antes de sentarse, entre carcajadas, intercambiaron sus globos entre sí.
Peje: ¡Es un gusto verlos en nuestro día, compañeros!
Meade: ¡Maravilloso! Pero además quiero disculparme con ustedes por atacarlos tanto durante la pre campaña. La desesperación de ir en 3º y en franca picada, me ganó.
Anaya: Don’t worry, mi queridísimo Pepe. Es sólo una actuación.
Peje: Así es, mi Richard. Para celebrar nuestro día, traje este cofrecito con unas frases del libro de García Márquez, “El Amor en Tiempos de Cólera”. Saquen una al azar, léanla y digan lo primero que venga a sus mentes. ¿Les parece?
MeadeyAnaya: ¡Órale! Anaya: La mía dice: “Amor del alma de la cintura para arriba y amor del cuerpo de la cintura para abajo”. Lo relaciono con el amor de las cúpulas de mi partido hacia mi persona, pero no de sus bases. ¡Uff! ¡Qué fuerte!
Meade: Escuchen la mía: “Aquella indiferencia hacia él no era más que una coraza contra el miedo”. ¡Lo sabía! La gente quiere votar por mí, pero está atemorizada. Y todo por culpa del pinche Quique. Mi Juana tiene razón cuando me dice, cada mañana: “¡Tú no te preocupes amor, eres un adorado!”
Peje: Va la mía: “Le había enseñado que nada de lo que se haga en la cama es inmoral, si contribuye a perpetuar el amor”. ¡Maravilloso! Por eso tengo en mi cama, a intelectuales “progre”, cristianos de extrema derecha, priistas, perredistas y panistas arrepentidos, para perpetuar mi poder, perdón, el amor (y llegar a la presidencia).
Así, felices y preñados de amor, continuaron hasta la madrugada.