México esclavizado, un acercamiento novelado a la historia de Yucatán
Un “libro de protesta: aquí hay claves para rescatar a los mexicanos de la miseria”
Alrededor de Mérida llegaron a existir hasta mil 200 haciendas henequeneras, la más pequeña de 3 mil hectáreas, pero llegaban a tener una extensión de hasta 15 mil. Esas haciendas estaban repartidas entre 50 familias, que llegaron a ser definidas por Salvador Alvarado como “la casta divina”; de ellos dependían alrededor de 100 mil mayas yucatecos, quienes vivían en condiciones de esclavitud.
Las cifras y los datos le pertenecen al escritor Francisco Martín Moreno y fueron los principales alicientes para la escritura de la novela histórica Méxicoesclavizado (Planeta, 2018), concebido como un “libro de protesta, un grito rabioso de protesta: aquí hay claves para rescatar a los mexicanos de la miseria, pero también los obstáculos”, dice. “Las labores empezaban antes del amanecer, pero trabajaban bajo un sol y un calor como el que ya conocemos en Yucatán. Mientras que los hacendados cobraban las ventas de henequén en dólares, a los peones se les pagaba con fichas, entonces si, por ejemplo, querían consumir en la tienda de raya un alimento que costaba 50 y la ficha valía 10, se les daba crédito por los otros 40, que se acumulaban a su deuda y cuando moría alguno de ellos, la deuda la heredaba la familia, con lo que terminaba siendo impagable”.
Todo ello lo comparte el escritor mientras se recorre la Hacienda Sotuta de Peón, una de las que han sido recuperadas un poco como museo vivo, el único en su género en la entidad, pero también para intentar representar las condiciones en que se trabajaba durante el siglo de auge del henequén, llamado en su momento como “el oro verde”.
“Se trata de 100 mil trabajadores que vivían en condiciones de esclavitud, mientras las familias se enriquecían. Tan solo hay que recordar que los palacios que aún se pueden ver sobre el Paseo Montejo —una de las arterias más importantes en Mérida— son resultado de la explotación del henequén. En la Primera Guerra Mundial se exportaban los costales de granos desde Estados Unidos hacia los frentes bélicos, y llegaban podridos porque el algodón no lo dejaba respirar, hasta que se le ocurre a los yucatecos usar los costales de henequén y su exportación se dispara hasta el infinito”.
Una trama de amor
Durante poco más de un año, Martín Moreno se dedicó a recorrer esa geografía con el fin de conocer un poco las condiciones en las que trabajaban los mayas, quienes entre 1850 y 1950 contribuyeron al auge henequenero, si bien uno de los objetivos del escritor era mostrar las injusticias y los problemas que éstos debían afrontar.
La novela cuenta la historia de Olegario, el hijo, y Marion Scott, quienes conocen las injusticias que viven los mayas yucatecos a lo largo de esa centuria y tratan de solucionar los problemas, a pesar de que con ello se tienen que enfrentar a las tradiciones de familias que no solo se habían enriquecido con el henequén, sino incluso convirtieron a la región en una de las más poderosas económicamente en el mundo.
Un acercamiento a la historia de Yucatán, a decir de Martín Moreno, pero al mismo tiempo una historia de amor, porque sin dejar de ser un recuento histórico, “el amor es imprescindible en toda novela”.