Las incógnitas de la nueva geografía política
El próximo lunes, el panorama político del país será otro. Muy diferente.
Según todas las encuestas, la formación partidista más joven, Morena, habrá ganado la Presidencia, pero es más que eso. No es difícil imaginar que será mayoría en la Cámara de Diputados y el Senado (ya veremos el tamaño de esa mayoría) y podría haberse declarado ganador en al menos tres gubernaturas, tal vez cinco, de las nueve en disputa. Esto en cuatro años de haberse constituido formalmente como partido ante el INE.
Tal vez más importante, el PRI, el partido que por décadas se identificó como el hegemónico, podría terminar con su peor representación en el Congreso federal, y el menor número de gubernaturas en su historia, 12 de 32.
El PAN, el histórico opositor al PRI, dos veces ganador de la Presidencia, podría terminar alrededor de sus mínimos históricos en el Congreso y con una gubernatura menos de la que hoy tiene, dependiendo lo que suceda en Veracruz y Puebla. Y amanecerá con un liderazgo debilitado y con muchos ofendidos en busca de echarlos a patadas.
El PRD, que desde hace 30 años se ha identificado como la expresión partidista de la izquierda, dueño y señor de CdMx por mucho de ese lapso, hace no mucho competidor y gobernador en varios estados podría, el lunes, haberse convertido en un partido pequeño, casi satélite.
Movimiento Ciudadano tendrá un gobernador en un estado que importa en la conversación nacional y podría, gracias a su negociación, conservar su representación en el Congreso.
Por primera vez, un partido abiertamente confesional, el PES, tendrá una representa- ción en el Congreso y querrán presumir y usar como suya la posible gubernatura de Morelos con Cuauhtémoc Blanco, además de haber jugado para la alianza ganadora en la presidencial.
El tamaño del cambio acarreará broncas y nuevas configuraciones en cada uno de los partidos, pero nada será más interesante que lo sucederá con Morena.
La aglomeración de ex perredistas, ex priistas, ex panistas, pejistas de toda la vida, movimientos sociales, empresarios y organizaciones lejanos a las cúpulas de siempre resultará en algo difícil de imaginar hoy, y si no se teje con talento, tal vez infernal. Muchos intereses por la posibilidad de victoria que exigirán sus espacios y sus cuotas.
Claro, puede ser también que las encuestas se hayan equivocado todas, todo el tiempo y esta columna sea una estupidez.