La cuarta transformación y el 50%
De la cuarta transformación uno puede aguantar casi cualquier cosa, pero esta peregrina idea de bajarle en 50 por ciento a los de por sí muy escasos recursos de los partidos políticos es ya intolerable. Y si es por ese supuesto mandato del pueblo bueno que quiere que todos vivan en la justa medianía (ninguna medianía puede ser justa, sépanlo bien), tienen que entender que eso no nace de una urgente ecualización social, sino de la más perversa de las envidias y del más avieso resentimiento social. No pueden ver que los partidos políticos lleven una existencia feliz de transnacional voyante a costillas del erario, porque luego, luego se ponen locos.
A ver, si de por sí los partidos políticos que no son Morena van a sufrir una dura merma en sus emolumentos debido a los desastrosos resultados electorales que los pusieron al borde de perder el registro (para las vergüenzas que han pasado mejor se hubieran dejado ir, dicen algunos malvados), si les dan una podadita todavía más severa a su presupuesto, pobrecitos, van a tener que vender medias horas de placer para sobrevivir. Digo, sería espectáculo ciertamente deprimente ver ahí a los Chuchos perredistas, que de por sí tienen una pata fuera del sol azteca, ofreciendo sus servicios en el arroyo y al mejor postor.
Digo, la cuarta transformación no puede convertir a estos grandes mexicanos en una caricatura de sí mismos. Tienen que darles dignidad como la que mostró Osorio Chong al sacarse una selfie con Eruviel Ávila al ser declarado líder de los tres priistas en el Senado. Bueno, lo celebró como si hubieran sido los viejos tiempos del carro completo y le fueran a pagar como en los viejos tiempos en que la austeridad republicana era más ficción que política. Pobre, creo que ni lugar para el estacionamiento les van a dar.
Y qué decir del PAN donde finalmente el señor Zepeda se desprendió de la silla en la que estaba encaramado y abrió la convocatoria para ver quién se queda con lo que queda del partido. Bueno, por lo que se ve aquello va a ser una matazón. Claro, pero ya habló el góber Corral desde Chihuahua para ponerles un estate quieto y decirle que antes de que empiecen las hostilidades que arreglen primero su lío en Puebla donde cunde el sospechosismo electoral.
¡Ay, que la cuarta transformación no les rebaje su presupuesto a los partidos, que se nos pueden extinguir y qué vamos a hacer sin ellos!