“No dejaré el escenario nunca”: Luis Couturier
Luis Couturier suma más de 60 años de trayectoria, pero sabe que ni hoy ni nunca llegará el tiempo de jubilarse; la actuación es su vida, en algún momento se volvió su esperanza y salvación, además de que le ha dejado grandes amistades, incluida Silvia Pinal.
En el Nuevo Teatro Libanés, el actor recordó aquel 1 de julio de 2016 que lo dejó paralizado y sin poder hablar; un infarto cerebral lo dejó totalmente inutilizado, con una recuperación lenta pero exitosa. “Fue una superación muy difícil; cuando salí de todo eso mis hijos me dijeron que yo creo había llegado la hora de jubilarme, pero yo dije: ‘Creo que nunca va a llegar esa hora”, dijo.
Y añadió: “Yo quiero seguir, tampoco quiero morirme en el escenario, qué miedo ahí asustar al público; yo quiero morir en mi cama, pero quiero seguir actuando hasta que ya no pueda más”.
Una vez que recuperó la salud, no dudó en correr a las tablas, luego de 25 años volvió a mon-
tar Lucas de Odin Dupeyron; sin embargo, la gira que sigue la puesta en escena lo obligó a dejarla, pues tiene prohibido viajar en avión.
Por suerte, con Lasociedad
de los poetas muertos encontró un proyecto que le apasiona, le queda a tres cuadras de su casa en Ciudad de México y le permite ir a Puebla, donde vive con su esposa. A unos días de su cumpleaños, el actor recibió un homenaje de parte del elenco que encabeza Alfonso Herrera y al que asistió la señora Pinal; Couturier agradeció a su compañera en más de ocho obras teatrales y en Mujer, casosdelavidareal. “Es un apoyo increíble verla aquí; la vitalidad de Silvia es una cosa que me anima mucho, porque sé que ella ha sufrido; hemos tenido grandes alegrías y grades dolores, cuando murió Viridiana estaba trabajando conmigo en una obra de teatro,
Tartufo”, comentó. “Ella es maravillosa, es increíble lo que hace, tiene una vitalidad y un entusiasmo por trabajar, por algo es una estrella internacional”, agregó.
Se dijo contento con el reconnocimiento, aunque no sabe si es merecido; modestamente, señaló que “Aquellas noches yo decía: si ésta va a ser la vida, ya para qué; cuando empecé a ver que sí se podía rehabilitar me emocioné, aunque la pierna me sigue fallando”, mencionó.