Jesús Noriega tiene 35

Años de edad y ocho de ellos ofreciendo un espectáculo que no cualquiera lo haría

Jesús Noriega tiene 35 años de edad y ocho de ellos ofreciendo un espectáculo que no cualquiera lo haría o ni siquiera intentaría, es un lanza fuego que en los cruceros de Francisco I. Madero suele colocarse para sacar su sustento diario. Escupe diésel por la boca donde ya lo espera una flama de un mechero para atomizar, formar y lanzar una llamarada que llega hasta los dos metros de largo, todo por alguna moneda que dan unos cuantos conductores que aprecian, valoran y deciden apoyar ese talento. Inducido por un amigo a este oficio que según Jesús es un trabajo noble y honrado, algo que lo dignifica, y además su pareja lo apoya, incluso en ocasiones lo acompaña a los cruceros. “Me puedo llegar a ganar al día de 300 a 500 pesos por saber hacer esto, saco para ‘el chivo’, por eso es un jale honrado. No cualquiera se mete este tipo de líquido en la boca y se acerca tanto a la lumbre”, compartió. La experiencia le ha enseñado a no quemarse en cada acto, sólo algo del bigote; sobre todo a no tragar este combustible, tal como le pasaba en sus inicios que le generaba malestar y sofocaba de inmediato con un buen trago de leche de vaca. “En un principio no lo niego, me tomé uno que otro trago de diésel accidentalmente y me provocaba fuertes dolores de estómago que me quitaba tomando un litro de leche o con medio tenía”, expresó quien dice ser el único lanza fuego que labora en Madero y San Pedro. Al ponerse el semáforo en rojo del crucero, Jesús Noriega enciende el mechero con su encendedor Bic color azul marino para luego dar un sorbo a la botella de refresco