Salvador Galindo Morales,
Salta tan alto como puede para llegar a ser el mejor y algún día llegar a los tan soñados Juegos Olímpicos
Al estar por salir de la primaria, Salvador Galindo Morales, a sus 12 años inició su carrera, y no sólo la de su primera competencia en los 75 metros planos, también la carrera en la que lleva ya seis años dedicados al atletismo en las modalidades que mejor se desempeña y con los que ha tenido más de 15 campeonatos nacionales, el Salto de Altura y Salto de Longitud. No sólo es saltar lo más que se pueda y nada más, esto es dedicación y sacrificio al igual que otros deportes, tal como lo explica el nacido en Juan Aldama, Zacatecas y residente de Torreón. “Compañeros de otras especialidades como maratonistas o velocistas, dicen que lo mío es sólo un salto, a lo que luego les digo que son seis altos por competencia, tres de eliminatoria y tres de final, pero en esos saltos va el entrenamiento de todo un año”, comparte Chava, como le suelen llamar. Siguió los pasos de su compañero Brandon, también campeón nacional en diferentes instancias retirado por el momento, dejando a Salvador como el representante lagunero con mayor proyección en la especialidad atlética de Salto de Altura. “Dentro del atletismo cada quien tiene habilidades diferentes, hay unos con la capacidad de aguantar 10 kilómetros o de correr más rápido los 100 metros. Saltar involucra mucha técnica y dedicación, algo consistente, algo diario y ver cada detalle. Llega a ser tedioso”, expresa el joven de 18 años. Aparte de practicar atletismo en sus variadas disciplinas, Salvador pudo haber sido jugador profesional de beisbol, pero su destino estaba en las pistas de tartán. Le llegó la oportunidad de probarse como beisbolista en el estado de Sinaloa, pero al mismo tiempo tendría una competencia nacional en salto, lo cual sin duda alguna prefirió lo último, que vendría siendo sólo el inicio de los constantes logros. 2.03 metros es su récord en el salto de altura, tres centímetro más y se iba a Kenia al Mundial, situación que le dejó mucho aprendizaje y la misión de superar esa meta y algún día llegar, por qué no, a los tan soñados Juegos Olímpicos. Por cada medalla ganada son infinidad de