Milenio Laguna

- Hugo Hernández hugohernan­dez@mejorteatr­o.com

ace varios años, no recuerdo exactament­e cuántos, conocí el texto de

Buenaspers­onas, de David LyndsayAba­ire. Fue en una lectura dramatizad­a del mismo, con miras a un futuro montaje. La opinión de muchos de los presentes fue que si bien la obra era maravillos­a, estaba lejana de la realidad mexicana.

Hoy, al verla en escena, con una adaptación realizada por Paula Zelaya y Diego del Río, recordé aquellos comentario­s y he admitido que quienes pensábamos así estábamos muy, muy, muy equivocado­s.

Ubicada originalme­nte en Nueva York, la anécdota ha sido trasladada a esta metrópoli. Manhattan se ha convertido en Santa Fe, y el Bronx, en Ecatepec. Pero no es cuestión solo de ubicación física, también está la jerga idiomática, los usos y las costumbres, las adecuacion­es sociocultu­rales, y todo se ha logrado a la perfección en esta puesta en escena que desafortun­adamente termina este fin de semana su temporada en el teatro Milán.

Al brillante texto y la excelente adaptación, hay que sumarle la pulcra dirección también de Diego del Río, quien con este trabajo abona un peldaño más en su ya de por sí ascendente carrera.

Completa el montaje una escenograf­ía más que sencilla, pero absolutame­nte congruente, útil y práctica, que con unas simples columnas logra un estilo muy claro y definido. Javier Gerardo Ángeles es el diseñador de la misma.

Pero la más grande de las ovaciones debe ser para el elenco. Matices, tonos, gestos, detalles, fuerza… Todo con el más grande de los cuidados permite disfrutar, divertirse, emocionars­e, sorprender­se con una historia terrible, pero tan bien contada y actuada que del momento más divertido se pasa a la peor de las situacione­s, gracias a la maestría de los ejecutante­s.

Bravo, Odiseo Bichir, Concepción Márquez, Monserrat Marañón, Cuauhtli Jiménez y Fabrina Melón. Todos excelentes.

Y ovación de pie, con fanfarrias, matracas y todo lo que haga ruido, para la enorme, fabulosa Arcelia Ramírez. ¡Qué señorona actriz!

Para nadie es una sorpresa la brillantez de Arcelia, siempre al cien. Pero aquí el personaje, la dirección, todo el entorno, le exigen un 200 por ciento de sus talentos y ella entrega el 300 por ciento. Cuatro últimas funciones, hoy, mañana y el domingo ofrece Buenaspers­onas, que debe, tiene, necesita prolongar su temporada, pues todo mundo debe verla.

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