Milenio Laguna

“Yo aquí no tengo

A nadie, la gente joven pierde el amor a los viejos que tanto batallaron

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Manuel Cornejo, a sus 94 años junta botellas de plástico y botes de aluminio para poder subsistir. Originario del ejido Compuertas, municipio de Matamoros, diariament­e recorre comunidade­s aledaños para juntar en sus costales los botes y llevarlos a vender y poder sacar algo de dinero para comprar comida. Don Manuel, vive solo, pues a pesar de haber tenido 10 hijos, ocho mujeres y dos hombres, estos lo abandonaro­n y no lo visitan desde hace mucho años, pues viven en el estado de Chihuahua. “Yo aquí no tengo a nadie, la gente joven pierde el amor a los viejos que tanto batallaron, principal,ente las madres con sus hijos y sus hijas, ya después a ellos no les interesa , porque están jóvenes, las más buenas son las hijas, pero están lejos y no pueden venir”. Comenta que con el apoyo que recibía del programa 65 y más, pudo subsistir algún tiempo, sin embargo la persona que le ayudaba a cobrar el dinero, se fue con su tarjeta y ya o la volvió a ver. “La mujer que me ayudaba a cobrar porque yo nunca pude cobrar ese dinerito que me daban cada dos meses, me robó la tarjeta y se fue de aquí”. Ante la falta de recurso, se ve obligado a salir todos los días desde muy temprana hora en busca de latas y botellas, mismas que junta en sus costales para luego venderlas, sin embargo es poco el dinero que le dan por ellas. “Me voy por la orilla de las carreteras, cuando no llueve me voy amanecer por ahí por la orilla del río para ver qué encuentro”. Cuando fue joven, menciona que estuvo en los Estados Unidos en donde duró más de 20 años trabajando en diversos oficios, sin embargo regresó a su tierra en donde hasta la fecha continúa ganándose la vida. “Ya a uno de viejo se le va dificultan­do, porque por un lado oye poco, ya vé poco y se cansa fácil para caminar, ya no aguanto a caminar muy lejos y a veces junto hasta Madero”. Por semana, a veces logra sacar cien pesos,con lo que puede comprar tortillas y frijoles, sin embargo ésto no es siempre, pues en ocasiones no tiene nada que comer. “Hay días en que no como, estoy impuesto a comer muy poco porque ya uno está viejo, pero hay gente buena también que aquí donde vivo me dan una comidita y yo también me acomido ayudándole­s en las casas a escarbar tierra”. Apoyado con un palo de escoba que utiliza como bastón, Don Manuel carga sus dos costales en donde almacena las botellas de plástico y las latas, para luego transporta­rlas en una carretilla y llevarlas a vender para poder mantenerse.

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