Jaime Soto Castro, historiador,
Fue uno de los principales personajes que contribuyó a fortalecer la creencia
Para la mayoría de los lerdenses es un hecho la existencia de una red de caminos subterráneos que conectan entre si a lugares icónicos de la zona urbana del municipio como, La Hacienda San Fernando, la iglesia Sagrado Corazón de Jesús y el Panteón Municipal.
Uno de los principales personajes que contribuyó a fortalecer la creencia, fue Jaime Soto Castro quien fuera el historiador y cronista de Lerdo, él escribió un libro sobre estos túneles e inclusive realizó un mapa por donde atraviesan estos caminos, que con el paso de los tiempos y las nuevas construcciones, han quedado en el olvido.
José Jesús Vargas Garza, el cronista de Ciudad Lerdo mencionó que en dicho texto se informa que los túneles se crearon en el año de 1800, cuando el Rancho de San Fernando tenía un año de haberse fundado.
Vargas Garza dijo que no hay registros en los archivos que confirmen la existencia de estos caminos, sin embargo se han detectado las rutas de estos túneles, mismas que empiezan en el casco de la Hacienda San Fernando.
De acuerdo con la información de Soto Castro, de ahí, se conduce rumbo al poniente, hasta llegar al centro de la Ciudad. en este punto se subdividen en el ramal norte, el cual tiene salida en la torre izquierda de la iglesia del Sagrado Corazon de Jesus, continuando con este rumbo, se conduce hasta llegar al patio del Colegio Josefa E. De Ponchaux y de aquí rumbo al centro del Parque Victoria , con salida en una de las paredes de una antigua noria que alli existia.
De igual forma, resalta que otro ramal y salida se encontraba bajo la construcción del actual edificio comercial de “Sumerca”, el tercer ramal del que se tiene conocimiento, se encuentra pasando en la Avenida Zaragoza entre las Calles Allende y Aldama, para finalmente aparecer otra salida en el interior del panteón municipal.
De manera personal, el cronista de Lerdo mencionó que en variados ocasiones se le ha presentado oportunidad para conocer estos túneles, sin embargo, por algún motivo, no ha podido, y se ha quedado “con lo que dice la gente”.
Entre las afirmaciones de las personas, destacan que al momento de realizar trabajos de construcción o remodelación de un edificio antiguo, encuentran parte de la arquitectura de lo que fue alguna vez un arco.
“Los que han entrado, dicen que tienen una circunferencia como de Plano de Ciudad Lerdo. metro y medio y un metro y medio de ancho, y dice la gente que en esos túneles puede caber un remolque de aquellos años”, destacó.
Otra anécdota que conoce es que durante la remodelación del edificio de lo que era el Antiguo Cine López, lo que hoy es Elektra, un chofer del ISSSTE de Lerdo quien estaba sentado en una banca de la Plaza Principal, de repente oyó a algunos albañiles decir que habían algunas entradas a los túneles, y él les dijo que le dieran permiso para entrar, al momento de ingresar caminó desde las once de la mañana y salió a las 7 de la tarde en el Panteón Municipal en la famosa Capilla en donde hay un mausoleo, como sótano con espacio para colocar a los familiares fallecidos. “ese sótano tenía unas ventanitas muy pequeña y no cabía por los barrotes, sin embargo como pudo se salió”.
Vargas Garza destacó que es posible que los túneles los haya construído Don Juan Nepomuceno Flores, quien fue uno de los dueños de la Hacienda de San Fernando, y quien tenía las posibilidades económicas en ese momento para mandar a construir esta infraestructura así como pagar a los trabajadores las largas horas que debieron tomarse para realzar la obra.
Y entre los motivos que tuvo, fue para protegerse de los indios de ese entonces, que llegaron del norte del país con la finalidad de apoderarse de estas tierras.
Las historias que cuentan ciudadanos sobre los caminos subterráneos, se multiplican y replican, y aunque en diferentes épocas y versiones sobre la arquitectura de los túneles, permanece la idea de que bajo Lerdo, está toda una red de caminos que en algún momento fueron importantes para los habitantes de aquellas épocas.