Festival Julio Torri presenta la ópera “El Elixir del Amor”
Jorge Maldonado / on lucidos y coloridos vestuarios, más de 50 actores en escena y una historia por demás divertida, “El Elixir del Amor”, la opera de Gaetano Donizetti mostró una historia sobre una bebida afrodisíaca, una pócima que metería en enredos a los protagonistas de la obra que forma parte de las actividades del Festival Internacional de las Artes Julio Torri 2018.
Al pie del escenario estaba marcando el ritmo musical la Camerata de Coahuila a la orden del director Ramón Shade y con ellos una mancuerna con el Estudio de la Ópera de Bellas Artes y el Coro del Instituto de Música de Coahuila que participaron “El Elixir del Amor” una de las 10 óperas más representadas en el mundo. en la ópera con una espectacular producción escénica a cargo de César Piña que reunió a más de mil 200 asistentes.
El Elixir del amor es una trama instalada en el siglo XIX en un pueblo vasco, en el cual, un campesino de nombre Nemorino, interpretado por el tenor Edgar Villalva, quien se enamora y es rechazado por la bella y adinerada terrateniente Adina, interpretada por la soprano Anabel Mota.
Entre fabulosos cantos y refinados sonidos de orquesta, la historia gira en torno a la poción de amor que ya había funcionado en otros y decidió comprarlo a Dulcamara, personaje interpretado por David Echeverría, el cual resultó ser un estafador al darle al pobre campesino una botella que sólo contenía sotol y así se iba de pueblo en pueblo.
Al tomarse la poción mágica y se merodea en las calles cerca de Adina, quien mostraba confusión ante el repentino cambio de comportamiento de Nemorino, y como despecho ese mismo día decidía casarse con un sargento.
Sin embargo como podía suplicaba a la dama no casarse ese día pues pensaba que el efecto del Elixir del amor apenas daría resultado.
Mientras tanto y sin saberlo, fallece un adinerado tío, por lo que de repente Nemorino se convierte en un hombre rico y se transforma instantáneamente en alguien atractivo para muchas de las chicas de su pueblo a lo que Nemorino atribuye su popularidad al famoso elixir.
Luego Adina al ver desinterés de su pretendiente, empieza revelar sus verdaderos sentimientos a través de una involuntaria lágrima que al escurrir lentamente por sus mejillas lleva a Nemorino a cantar “Una furtiva lagrima”.
Al final, al ver el interés y sacrificios que tuvo Nemorino por ganarse su afecto lo premia al casarse con él.