“Ivanka tiene más poder que la mayoría de políticos de carrera del mundo”
Los primeros días de la presidencia de Donald Trump, muchos comentaristas y comediantes pedían a gritos que el padre escuchara a la hija, quien a todas luces mostraba más compasión y sentido común en cada una de las causas que empezaron a brotar como emergencia sobre la mesa, con cada discurso que denotaba, día a día, más lo que se iba a avecinar con este hombre en la Casa Blanca. En inglés es muy común el dicho, “Be careful what you wish for” (ten cuidado con lo que deseas) ya que, por primera vez en la historia, se le dio un puesto oficialalahijadeunpresidente.Uno importante, de asesora. Uno que sin duda impacta en muchas de lasdecisiones.Unoquecausóuna cantidad de conflictos de interés que,sihubiesesidocualquierotra presidencia,seríaungigantescoy completo escándalo. Sin embargo, aquí hay demasiada competencia y si de cosas indignantes y preocupantes se tratan, el puesto de la hija consentida de Trump, ya no es ni cuestionado.
No soy de las que piensan que hay que romper relaciones políticas con nuestros vecinos, por más deplorables que me parezcan las acciones de su presidente. Lo que sí tengo que decir es que la representante de ese gobierno, para la próxima toma de posesión de nuestro hoy presidente electo, no es precisamente lo que uno se hubiera imaginado. No en un mundo donde la palabra “fifí” fue exitosamente resucitada. ¿Pero alguien entiende este mundo nuevo del todo? ¿Sus reglas? Me queda claro que esta mujer en particular no es nuestra enemiga, como no lo es la gran parte de su país. ¿Será un acto interesante de reflexión para tantos que han buscado la separación de las clases sociales con fines políticos? Porque eso sí se los digo, sin haber hecho ningún daño, Ivanka sí representa a ese 1 del 1 por ciento de los más privilegiados del mundo cuando se trata de política. No está mal. Pero hay mensajes confusos en todo este acto de diplomacia.
Hace no mucho tiempo CBS News le preguntó a Ivanka si ella se consideraba “complicit” en los actos y decisiones del gobierno de su padre. Ella dijo que si esa palabra, que hasta cierto grado podríamosdescribir como“cómplice ”, quería decir“querer ser una fuerza de bien y tener un impacto positivo, entonces sí, sí lo era”. El problema es que la definición de la palabra en realidad es “elegir estar involucrada en actos ilegales o de naturaleza cuestionable, en particular cuando se refiere a otros ”. Tanto así que esa fue la palabra del año pasado en dicctionary.com. ¿Qué les digo? Muchísimas personas hubiesen querido que Ivanka fuera ignorante, pero no lo es. Solo fue un error. Muchas otras hubiésemos querido que lo que aparentaba ser antes fuera una buena influencia, aunquea manera de nepotismo en su máxima expresión, en su padre. No importa, para efectos prácticos, Ivanka (y su marido Jarred) son la opción más cercana que hay para que México dialogue con Trump en tiempos difíciles.
Así que para todos los que estamos horrorizados con la invitación a personajes como Nicolás Maduro, ahí estará Ivanka para hacer contrapeso en muchos sentidos políticos y sociales. La verdadera pregunta es, ¿Cómo se van a traducir estas cercanías en esta nueva realidad nacional?
Por más que muchos lo vean así, Ivanka no es Paris Hilton. Lo fue, sí. Pero ahora tiene más poder que la mayoría de los políticos de carrera en el mundo entero. Y a pesar de tener sus cercanías a cosas que nos preocupan, espantan y hasta horrorizan, sigue siendo el rostro más equilibrado de toda esa Casa Blanca. Cómplice o no.
¿En serio?
¿Solo tenía 57 años Stephen Hillenburg, el creador de Bob Esponja, quien murió ayer? ¿Contará como muchos años más de vida la alegría multiplicada por millones que generó entre tantos niños y adultos que conozco y que lloraron su muerte? ¿Hay alguien que no trabaje para Disney hoy en día que este haciendo algo tan diferente y original como fue el mundo de Bob?