México expectante
Los cambios políticos generan esperanzas y temores. López Obrador ha tenido, hasta ahora, la característica de generar ambos sentimientos.
Para muchos personifica el anhelode una vida mejor: en la que la austeridad y la rectitud terminen los males endémicos de la corrupción y la in equidad social.
En cambio, otros están atemorizados por los efectos negativos que presagian los anuncios de sus programas de gobierno y las acciones legislativas de MORENA.
También contamos los que queremos apreciar los acontecimientos de manera objetiva para normar nuestro criterio y conducta. Como creyente de la democracia no puedo estar a priori en contra del nuevo gobierno, y menos en contra de su propósito de justicia social.
Pero también, por esa convicción, no soy partidario de gobernantes que se arroguen el monopolio de las decisiones públicas,
Un régimen justo requiere que existan pesos y contrapesos políticos
porque en ellos se incuba el autoritarismo. Creo que los que pensamos así, deseamos que el presidente electo inaugure un estado de bienestar con especial cuidado de los más necesitados.
Pero que, a la vez, sea respetuoso de las leyes e instituciones y consciente de los efectos que pueden producir sus acciones en la sociedad yen la economía.
Des afortunadamente, el tope de sueldos, las consultas públicas, las intenciones de terminar el fuero y la revocación de mandato, aumentan la incertidumbre. Porquehacen temer que el objetivo es el establecimiento de un sistema hegemónico mediante prácticas engaños a mente democráticas.
Un régimen justo requiere que existan pesos y contrapesos políticos que garanticen el sano equilibrio entre la autoridad y la libertad. Por eso, es deseable que el PRI, el PAN y los gobernadores que no militan en MORENA conformen una oposición no obcecadamente contestataria, sino crítica y propositiva. En tanto, todos, los esperanzados y los temerosos, esperamos expectantes el inicio del nuevo gobierno.