La Conquista y la Viruela
Mucho se ha especulado del por qué o cómo es que un ejército español, tan pequeño, pudo conquistar y dominar al Imperio Azteca.
Hernán Cortés llegó a México con tan solo 800 hombres.
Entre los factores que influyeron se encuentran la cosmogonía Azteca; el juego de divinidades que iban y venían; poseían armas de fuego y caballería; el pacto y ayuda de los tlaxcaltecas. Pero sin duda, un factor determinante en el rumbo y desenlace de la conquista, lo fue la enfermedad. El sistema de defensa inmunológico tampoco estaba preparado; la América precolombina no conocía los virus europeos. Los indígenas carecían de protección contra un virus, cuyo nombre proviene de “varius” que significa variado; en referencia a la variedad de lesiones en la piel que produce; primero erupción
Los indígenas estaban aterrados; su visión apocalíptica favoreció la conquista
que posteriormente se llenan de pus y se convierten en pústulas, luego forman costras que terminan en cicatrices imborrables.
Se trata de la Viruela; los enfermos caían afectados por fiebre, temblores, dolores de cabeza intensos, fatiga, dolor muscular y tos con flema que permitía contagiar a más indígenas por medio de las gotitas que entraban a las vías respiratorias. Los indígenas estaban aterrados; su visión apocalíptica favoreció la conquista; y es que la mortalidad por viruela era muy alta, entre el 30 y 50% de la población, y los que sobrevivían quedaban ciegos y cicatrizados de todo el cuerpo. Se estima que entre 1520 y 1523 murieron cerca de 3 millones y medio de pobladores indígenas. Los indígenas desconocían a los dioses cristianos; no tenían ni idea de las armas de fuego y caballos; pero sobre todo, su sistema inmune nunca antes, había estado en contacto con el virus de la Viruela.