Póker de mujeres poetas
El viernes pasado culminé el curso Póker de mujeres poetas: una gesta por la libertad. Fue impartido en la Universidad Autónoma de Coahuila Unidad Torreón y, de manera simultánea, en las Unidades de Saltillo y Monclova. La experiencia fue, para decirlo con un superlativo mexicano, chingonométrica.
El primer día tracé el mapa de algunos aspectos centrales de la vida y la obra de las poetas DelmiraAgustini y Rosario Castellanos.
“De manera inopinada y muy certera el poeta Pablo Arredondo me dijo: “Gil, hoy por la noche se presentará el libro de Saúl Rosales sobre Sor Juana quien, como sabemos, murió de enfermedad; de tal suerte que se cumplen entonces las cinco singladuras”
Hablé de las disímbolos periplos vitales de las dos escritoras: Agustini asesinada y Rosario Castellanos desaparecida víctima de un accidente. Cinco son las maneras como la vida humana puede cesar: suicidio, homicidio, accidentes, enfermedades o, de simple modo, la muerte natural definida de manera escueta por los doctores como paro cardio-respiratorio.
El viernes ocho me asomé a la obra de Dulce María Loynaz, la enorme poeta cubana que conquistó el premio Cervantes. Y me detuve en varias zonas del mundo creativo de nadie menos que Alfonsina Storni, la poeta argentina quien se arrojara al mar. Expliqué entonces que había elegido cuatro de las cinco maneras de desvanecerse: asesinato, suicidio, accidente y muerte natural. De manera inopinada y muy certera el poeta Pablo Arredondo me dijo: “Gil, hoy por la noche se presentará el libro de Saúl Rosales sobre Sor Juana quien, como sabemos, murió de enfermedad; de tal suerte que se cumplen entonces las cinco singladuras que desembocan en el mar de la muerte”. Mi gratitud sin orillas a la Universidad Autónoma de Coahuila. ¡Salud!