Presunción de inocencia: Gertz y Nieto
Solo faltaba que un personaje de alto nivel lo dijera públicamente: “hay unidades, no de la Fiscalía, sino del gobierno que no respetan esa presunción [de inocencia]”. Hoy sabemos que el fiscal general se refería a la Unidad de Inteligencia Financiera. Debemos entender que Alejandro Gertz Manero no atacó como tal los procesos de investigación que lleva a cabo la UIF, sino las afirmaciones públicas que en entrevistas banqueteras hace su titular, Santiago Nieto.
Desde el inicio del gobierno de AMLO, a Nieto lo vemos en los medios de comunicación al menos dos veces al mes. Podemos acomodar en tres niveles las afirmaciones de Nieto respecto a cómo avanza la UIF: 1) como un ejercicio de transparencia, en el que el propio titular informa; 2) como posicionamiento político, en el que el titular se sube a las coyunturas para decir “miren, de este tema que la ciudadanía considera grave, estamos haciendo algo”; y 3) como una competencia de impacto entre la UIF y la FGR, pues esta última cuenta con la Unidad de Análisis de Delitos Fiscales y Financieros, el símil de la UIF.
El punto número uno, se puede ejemplificar con la información ofrecida por Nieto sobre los avances en Laestafamaestra, en el que en octubre pasado informó que la UIF presentó una segunda denuncia contra Rosario Robles. En las declaraciones de Nieto sobre acciones que involucran a funcionarios o ex funcionarios, no hay una violación al derecho a la presunción de inocencia, pues al tratarse de este tipo de personajes, es de interés público para la ciudadanía lo que hacen o hayan hecho.
En el punto número dos, se puede ejemplificar algo muy reciente y que conmocionó al país: el caso del menor de Torreón. El martes pasado, Santiago Nieto informó sobre los “flujos de recursos que no corresponden con la forma usual por parte de la señora Rebeca […] y José […] padre e hijo, y esto ha generado la investigación correspondiente”. Estas afirmaciones son por de más graves en el contexto de un hecho que debería centrar la discusión en la niñez y no en criminalizar una familia. Y entonces en situaciones como esta sí tiene razón el fiscal Gertz.
Finalmente, en el punto tres es evidente que de las acciones de la Unidad de Análisis de Delitos Fiscales y Financieros de la FGR conocemos poco, y ese puede ser un síntoma del enojo del fiscal Gertz. En el tema de inteligencia financiera, tan importante en la lucha contra la corrupción, mediáticamente brilla más la Unidad de Santiago Nieto que la Unidad de Gertz.
Para la redefinición de funciones en procuración de justicia que parece venir en camino, el enojo de Gertz podría ser una buena señal, pues los borradores de reforma judicial que circulan por ahí como posible iniciativa del Ejecutivo, abonan drásticamente a eliminar la presunción de inocencia que tanto le ha exigido Gertz a Nieto. Si estos borradores,
_ atiborrados de errores e intenciones autoritarias, fueron elaborados en la oficina del fiscal, la congruencia debería incitarlo a no entregar al Senado un manojo de cláusulas regresivas que materializan entre otras calamidades, la que ha dado pauta a la disputa con Nieto.
Los borradores de reforma judicial que circulan por ahí abonan a eliminar dicha presunción