Apelo a la piedad
Me ha dolido en el alma lo ocurrido en mi Torreón de Babel. He llorado mucho. Me duele en el alma y, como dijo el poeta: “¿Contra quién me rebelo o a quién pido?”. Apelo a la piedad. Yo, que he puesto toda mi energía, mi corazón, mi vida y mi obra íntegra por/para la comarca lagunera, me siento devastado, deprimido y estoy triste, muy triste, infinitamente triste. Que Dios perdone al niño homicida, que Dios ampare a los heridos, a los vulnerados en el Colegio Cervantes. Un Colegio ejemplar donde, por ejemplo, estudió mi entrañable amigo, el gran poeta Jorge Valdés Díaz Vélez, de quien recibí este mensaje: “Cursé la primaria y la secundaria en el plantel de la tragedia. El Colegio Cervantes fue la segunda casa de mi infancia y adolescencia. Sigo conmovido por todo lo sucedido. Te abrazo fraternalmente”. Jorge me escribe desde Madrid. Jorge también está desconcertado,
Elevo mis oraciones para que nuestra ciudad florezca con el amor sin orillas que le prodigamos a muerte o, mejor dicho, más allá de la muerte
Jorge también está s ufrQieunedDo. ios recoja en su seno, en su regazo, a la maestra Mary. Qué viernes tan sombrío. Qué día tan difícil. Un día donde nada te puede hacer sonreír. Donde mi palíndromo del 2020 Asirnos a la sonrisa se desvanece. Porque Torreón está en el mundo pero de una malhadada manera. Elevo mis oraciones
_ para que nuestra ciudad florezca con el amor sin orillas que le prodigamos a muerte o, mejor dicho, más allá de la muerte. Me duele mucho. Apelo a la piedad. Abrazo con mi corazón, con mi alma, a los heridos. Y que nuestra voluntad se encienda con una esperanza invencible. Apelo a la piedad.