EL SANTO OFICIO
En Palacio Nacional, Andrés Manuel López Obrador expresó su confianza en el surgimiento de una nueva generación de pensadores a los que “los intelectuales orgánicos del antiguo régimen”, a quienes sin decirlo expresamente comparó con Los Científicos del p
¿Quiénes serán?, se pregunta el cartujo: ¿quiénes serán los nuevos intelectuales, los nuevos científicos, los nuevos escritores de la nueva era de México? La cuarta transformación tiene defensores en la academia, en el periodismo, en la literatura, activistas infatigables con presencia en los medios, sin contar las redes sociales. La mayoría son veteranos, compañeros de ruta del Presidente de la República, ideólogos de su movimiento, legisladores o funcionarios de su gobierno. Pero, ¿quiénes serán los nuevos? Por ahora, el horizonte parece vacío (“la caballada está flaca”, diría el cacique guerrerense Rubén Figueroa), pero sin duda llegarán quienes escriban páginas luminosas sobre los logros de un movimiento revolucionario, ejemplo para muchos países a lo largo y ancho del mundo. Intelectuales conscientes y comprometidos con el bienestar del alma del pueblo, invaluables exégetas de decisiones tantas veces malinterpretadas o incomprendidas por los conservadores y sus aliados, empeñados en mantener sus privilegios. La historia los espera.
En Palacio Nacional, el viernes Andrés Manuel López Obrador expresó su confianza en el surgimiento de esta nueva generación de pensadores, luego de la oscuridad del periodo neoliberal, 36 años de oprobio. Es muchísimo tiempo —dijo—, pero eso cambiará poco a poco. Sin imponer nada, “tienen que surgir los nuevos escritores, la nueva intelectualidad, ya los intelectuales orgánicos del antiguo régimen tienen que ir dándole paso o tienen que ir surgiendo nuevos intelectuales, pero eso es un proceso natural, normal”.
Cuando sueña, el Presidente no se anda con miserias ni piensa en las protestas de las comunidad cultural, tan frecuentes en estos días, afectada por recortes presupuestales. Para él, los augurios son halagüeños y en el futuro (seguramente cercano) veremos florecer el conocimiento y la imaginación: “Comosurgieronlosgrandesintelectuales,losescritores, los pintores, los muralistas, después de la Revolución, así se tiene que ir dando; o sea, necesitamos los Diego Rivera de ahora, losOrozco,losSiqueiros,losTamayo,enelcaso de la pintura; y así en el caso de la escritura y la investigación, las ciencias sociales igual”.
¿Quién será el José Vasconcelos de la 4T para impulsar esa renovación cultural? Mejor no saberlo, por ahora. Pero una cosa es segura, ya no todo será “el modelo neoliberal, porque parecían escuelas de cuadro para el neoliberalismo, institutos, universidades, formando profesionales académicos con esa concepción; ahora tiene que cambiar todo, pero no imponer nada, no porque tú eres de la escuela de Krauze tienes becas como creador; a ti no, tú eres de la escuela de Nexos, de Aguilar Camín, a ti no”.
Todos los intelectuales y creadores serán apoyados, dice López Obrador, nada más
“que no haya corrupción, que no haya excesos, que no se dé mal uso al presupuesto público, que es dinero de todos, que tenemos que cuidar”. Tiene razón, el presupuesto debecuidarsemucho,sino,noalcanzaráparael Tren Maya, el aeropuerto Felipe Ángeles y la refinería de Dos Bocas, tampoco para seguir cultivando clientelas con miras al 2021.
Lecciones
En sus habituales lecciones de historia patria, el jueves en Palacio Nacional López Obrador preguntó: ¿Quiénes apoyaron al porfiriato? Sin pausa, él mismo respondió: “Pues Los Científicos, el grupo de Científicos, así se les conocía”.
LosCientíficos,lesllamabandeesamanera por su interés en promover la aplicación de la teoría positivista en todas las áreas de la vida política y social, fue un grupo de políticos,empresarioseintelectuales;en1892participaronenlafundacióndelaUniónLiberal para apoyar la reelección de Porfirio Díaz y posteriormente algunos formaron parte de suadministración,entreellosestuvieronJosé Yves Limantour y Justo Sierra, dos extremos de ese conjunto.
Los Científicos fueron el modelo elegido por López Obrador para continuar arremetiendocontracientíficos,académicosycreadores críticos de su gobierno. Para él, “no todos los que se dedican a la ciencia, no todos los que se dedican a la cultura, a la investigación, a la academia son gentes conscientes”, y menos aún si defienden sus derechos y se oponen a los caprichos y ocurrencias del nuevo régimen. Pero en el fondo no se equivoca: la cultura y el conocimiento no son escudos contra la soberbia y la mezquindad, existen ejemplos notables al respecto, dentro y fuera de México, de antes y ahora.
López Obrador no dice nombres, pero dibuja perfiles, siembra dudas. Dice: “hay ahora últimamente escritores que se meten a formar grupos en favor del conservadurismo, hasta premios Nobel, que son buenos escritores, pero no grandes escritores, que son cosas distintas”, y vuelve a la carga para establecer el paradigma: “Los Científicos apoyaron siempre a Porfirio Díaz y al conservadurismo”.
El premio Nobel ha sido otorgado a personas impresentables, acusa el Presidente, quien no suele dejar títere con cabeza entre sus detractores, aunque con frecuencia hable derespetoytolerancia.Escierto,entrelospremiosNobelseencuentranalgunospersonajes impresentables,comotambiénseencuentran en los patios relucientes de la 4T. Don Napoleón y don Manuel serían dos buenos ejemplos. En todas partes se cuecen habas.
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En fin, esperamos a la nueva intelectualidad, ojalá en vez de propagandistas sean críticos y, sobre todo, libres.
Queridoscincolectores,ensemáfororojo, El Santo Oficio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén.