Milenio Laguna

Claudia aguanta, Adán pide aventón y Ebrard es agredido

Las corcholata­s escoltaron a AMLO, pero solo su hijo Andrés y Sheinbaum permanecie­ron a su lado todo el camino; el titular de Segob avanzó un tramo en moto

- LILIANA PADILLA

Las corcholata­s marcharon hombro a hombro con el presidente Andrés Manuel López Obrador en el aniversari­o de su cuarto año de gobierno. Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López Hernández fueron los brazos de los que se apoyó para recorrer los 4.3 kilómetros que separan el Ángel de la Independen­cia de la Plaza de la Constituci­ón.

Fueron, además, los escoltas que ayudaron a abrir paso entre la multitud que buscaba acercarse a saludarlo, tomarse una fotografía o entregarle algo al mandatario, en la que fue su última marcha como líder político.

Claudia Sheinbaum no se separó de él en prácticame­nte todo el trayecto, a diferencia de los sedo cretarios, que poco a poco fueron apretando el paso para llegar al Zócalo y esperar al Presidente en el templete.

El titular de Gobernació­n le cuidó las espaldas al mandatario como lo hizo cuando visitó todos los Congresos estatales para conseguir la aprobación de la reforma constituci­onal que mantendrá a las fuerzas armadas en las calles hasta 2028.

En el último tramo, la corcholata tabasqueña se subió a una bicicleta y, casi de inmediato, la dejó y montó una motociclet­a para avanzar unos metros más. Después, esperó al Presidente en la esquina del Zócalo y nuevamente lo flanqueó.

Ebrard avanzó los primeros metros desde el Ángel de la Independen­cia pero después se distanció del contingent­e. Los tres aspirantes se tomaron una selfi muy cerca del Ángel de la Independen­cia, antes de la llegada

Hubo simpatizan­tes que llegaron desde EU para sumarse al festejo

del Presidente, quien arribó unos minutos después de las 9 horas; la jefa de Gobierno compartió la fotografía en sus redes sociales: “Unidos, esperando a nuestro presidente”, escribió.

Sobre Paseo de la Reforma, una persona lanzó algo hacia la cara de Ebrard, quien tuvo que retirarse los lentes. La cancillerí­a confirmó, posteriorm­ente, que una persona le escupió y a partir de ese punto, el secretario aceleró el paso para llegar al Zócalo.

Aunque no estuvo presente en la marcha, desde Paseo de la Reforma los simpatizan­tes de López Obrador recordaron a RicarMonre­al, de viaje en España. Lo hicieron con mantas y cartulinas espontánea­s que exigían su salida de Morena.

Fue la marcha más numerosa que haya encabezado López Obrador, pues ni la del desafuero en 2005 logró lo que la convocada por su cuarto año de gobierno. La llamada “Marcha del Pueblo” mostró la fuerza de su movimiento, y su recorrido a pie entre la multitud, la fortaleza que tiene el tabasqueño a sus 69 años.

El Presidente fue escoltado también por algunos secretario­s de Estado, pero sobre todo por seguidores que querían saludarlo o al menos verlo lo más cerca posible. Adultos mayores con pancartas y banderas que, a pesar de la distancia, no se cansaron, además de contingent­es de jóvenes.

Cerca del Presidente se observó a Rosa Icela Rodríguez, Miguel Torruco y Román Meyer, lo mismo que a su hijo Andrés Manuel, quien permaneció a su lado, y el dirigente de Morena, Mario Delgado. Epigmenio Ibarra también estuvo cerca, pero comenzó a sentirse mal y detuvo su paso.

Lo mismo ocurrió con los gobernador­es de Morena. Ninguno faltó, incluso el poblano Miguel Barbosa, en silla de ruedas, no se perdió la marcha y todos pasaron lista a través de fotos y videos.

Miguel Ángel Navarro, de Nayarit; Evelyn Salgado, de Guerrero, y Layda Sansores, de Campeche, quien también era de las más solicitada­s con selfis y porras.

Por momentos se intentó acercar el Jetta blanco en el que usualmente se transporta en CdMx, pero la cantidad de gente que abarrotó el trayecto desde el Ángel de la Independen­cia hasta el Zócalo hizo imposible que pudiera abordarlo. Fue sobre Reforma, antes de llegar a avenida Juárez, cuando el vehículo se intentó acercar por primera vez, pero el Presidente decidió seguir avanzando a pie.

Los simpatizan­tes, amlovers, patarrajad­as, como se definieron, llegaron de todo el país, pero migrantes también presumiero­n su asistencia desde Los Ángeles, Houston, Chicago y otras ciudades de EU donde hay una importante base lopezobrad­orista.

Al final fue una marcha de 4.3 kilómetros que López Obrador caminó en cinco horas. Una que marcará récord en asistencia y duración, muestra de músculo político y fortaleza física, pero además la última en su trayectori­a política, que concluirá con su gobierno en 2024.

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ESPECIAL El mandatario camina por la calle de Madero con la jefa de Gobierno y el encargado de la política interna.

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