Policía desmantela el campamento de venezolanos en Ciudad Juárez
Estaban expuestos a condiciones de clima gélido e inseguridad, afirman autoridades
Autoridades de los tres niveles de gobierno desmantelaron con el uso de la fuerza pública el campamento de venezolanos que se había instalado desde octubre pasado junto al bordo del río Bravo, en Ciudad Juárez.
Alrededor de las 10 de la mañana de ayer, elementos del grupo Antimotines de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM) utilizaron escudos, empujones y patadas para obligar a los migrantes a dejar ese espacio, aunque los extranjeros pidieron que se estableciera una mesa de diálogo.
Cuatro horas antes habían comenzado a llegar al campamento —ubicado en el bulevar Bernardo Norzagaray junto al margen del río Bravo que delimita a México con Estados Unidos— unidades de la SSPM, del Consejo Estatal de Población (Coespo), de Protección Civil municipal y estatal, personal de derechos humanos de Juárez, así como bomberos, paramédicos y varios camiones.
Inicialmente las autoridades hablaron con los indocumentados para solicitarles que se retiraran del lugar, advirtiendo que nadie podría continuar permaneciendo ahí debido a las bajas temperaturas que se registran en la región y a que es un sitio considerado de riesgo; les ofrecieron trasladarlos a los albergues.
“No pueden permanecer aquí en las orillas del Río, ya hemos tenido casos de hipotermia y neumonía... están expuestos a las inclemencias del tiempo, más allá de otros factores”, dijo el titular de Coespo, Ernesto Valenzuela.
El funcionario indicó que en el lugar había 600 casas de campaña y hasta 800 migrantes, quienes no aceptaron moverse del sitio. Expresaron que a lo largo de su trayecto por México han sido engañados, se les ha dicho que van a ser llevados a refugios, pero los han encarcelado y asaltado.
Los elementos de seguridad portaban escudos, toletes, chalecos antibalas y casco y no llevaban armas de fuego. Avanzaron a punta de empujones, golpes con los escudos y patadas. Los migrantes que formaban la valla pusieron resistencia unos minutos y luego fueron forzados a moverse a la parte alta.
Santiago González, director de Derechos Humanos del gobierno municipal, informó que hasta las 3 de la tarde cerca de la 70 migrantes habían aceptado ser llevados a albergues. Además, indicó que dos indocumentados fueron detenidos como sospechosos de haber arrojado piedras e indicó que varios policías habían resultado lesionados.
“Es un desalojo que estamos recibiendo en esta hora, prácticamente un desalojo a la fuerza, de verdad que esto nos cae por sorpresa ya que al Gobierno de México se le olvida que nosotros somos refugiados mediante el tratado de la ONU y nosotros los refugiados tenemos que ser tratados como lo que somos migrantes con educación, con valores de eso se trata y en este caso estamos siendo atropellados directamente con los cuerpos policiales, con migración, todos en conjunto”, expresó Edison Ritch quien no pudo terminar de hablar porque los migrantes empezaron a gritar “¡derechos humanos!” al ritmo que aplaudían.
Enseguida las personas migrantes, en su mayoría hombres, formaron una valla humana en una de las orillas del campamento para tratar de impedir la irrupción de los agentes del Grupo Antimotines de la SSPM.
También, una joven mujer que estaba junto a su hijo recibió un golpe en la cabeza y empezó a sangrar, al verla su hijo rompió en llanto. Ella fue golpeada cuando el Grupo Antimotines avanzaba a punta de golpes con los escudos.
Las casas de campaña que estaban en la parte última del campamento fueron incendiadas, al parecer por personas migrantes. El fuego empezó a propagarse de forma muy rápida y bomberos entraron para apagar el fuego.
Solamente 70 de unos 800 migrantes aceptaron ser llevados a albergues