¡Defendamos la democracia! ¡Carajo! (1)
Eranlas 10 de la mañana del día de ayer. Presuroso caminaba con Laura Elena, mi hermana, hacia la Fuente del Pensador en la Alameda de Torreón. Era imposible llegar tarde: teníamos una cita con la historia para defender nuestra democracia y su ingrediente esencial: el voto libre que deberá prevalecer en las próximas elecciones del 2 de junio.
¿Qué imaginaría el pensador de la fuente, que representa a Lorenzo II de Medici, al mirar la multitud que empezaba a gestarse a sus pies? Sin vergüenza por sentirse imagen “onapafa”; porque la original fue esculpida por Miguel Ángel y permanece en la tumba para los Medici en la Basílica de San Lorenzo en Florencia, pensaría: “finalmente despertaron estos laguneros de clase media y alta. Qué su espíritu democrático florezca más allá de sus intereses materiales inmediatos, por el bien de su país y, sobre todo, de sus hijos y nietos”.
Mientras las palabras del pensador Lorenzo II Medici ya nacionalizado lagunero y santista, caían sobre la efervescencia del contingente manifestante. Yo, con afecto, saludé a Javier Amarante y a Marcela, su compañera, también abracé a Jacobo Gidi y a lo lejos visualicé a Toño González Murillo sin Alana, su bien amada, y sin su bello bebo y recién cumpleañero Julián. Saludé a Mary Saldaña y empecé
Teníamos una cita con la historia
a caminar con mis entrañables Gregorio y María Esther, mientras mi hermana agitaba una bandera de México prestada por su amiga Mayra. Eran momentos de júbilo y de alegría; indispensables para defender la vida y la democracia y, en palabras del poeta Walt Whitman, imprescindibles para hacer “la raza más espléndida sobre la que el sol haya brillado jamás…” porque, cómo hacer “países divinos y magnéticos sin “el amor de los camaradas. Con el amor de toda la vida de los camaradas”.
Eran las 10:15 de la mañana. En ese momento, éramos de mil a mil quinientas personas caminando por la avenida Morelos rumbo a la Plaza Mayor; el lugar de encuentro para fortalecer
_ nuestro sentido de comunidad y de esperanza con más laguneros y 119 contingentes de mexicanos que habrían de reunirse en el mismo número de ciudades de la República mexicana con el mismo propósito.