El hijo prófugo de Veracruz
En contra de lo que andan gritando muchos neuras de esos que nada les parece, yo hubiera hecho lo mismo. Y no me refiero a Ricardo Antonio Lavolpe que, con tal de no enfrentar y hacerse cargo del desastre que significa haber perdido frente a las Chivas, ya salió como los tales valentones a hacérsela de tos al señor Vergara, sino a los cambios en el gabinete que con tan buen tino propuso el licenciado Peña.
Digo, ni modo de haber nombrado en puestos tan importantes a personas que no fueran de su confianza, camaradas de rancio abolengo y seres que en un momento dado pueden echarte una manita, Dios no lo quiera, en un momento de necesidad. ¿Qué querían, que el procurador fuera AMLO y en la Función Pública hubiera puesto a Carmen Aristegui?
Ahí está el caso del juez federal que le otorgó la suspensión provisional a los suegros de Javidú Duarte. Esa es la onda, siempre tener cuates, hermanos del alma, en los lugares adecuados.
Hay quien dirá que esta táctica está peor que la de Lavolpe y que don Enrique se echó pa’ atrás a cuidar su golecito como el América con Chivas, pero mientras no llegue la tanda de penales se puede cuidar con mesura el resultado.
Otros quizá hubieran preferido que se jugara al estilo de Matías Almeyda, técnico de Guadalajara, que según su parecer el equipo rayado “Puso güevos, actitud, energía, unión y sacrificio”.
Digo, no es para tanto. Sin embargo, ahí tenemos grandes ejemplos de pundonor como el del presidente del PRI, de cuyo nombre nunca puedo acordarme, que asegura que antes de fin de año habrá resuelto como Sherlock Holmes los casos de Chesarito Duarte y Betito Borge. Pobrecitos, seguramente les va a querer aplicar el implacable castigo de arrebatarles sus derechos políticos y su credencial de Club de Choznos de Don Plutarco. Deberían de hablarle a Derechos Humanos, eso no se vale y menos a un priista.
En ese mismo tenor está doña Arely Gómez que, con el mismo rigor con el que estudiaba el agujero por el que se había escapado El Chapo, promete que castigará a los corruptos. Ojalá que la intención fuera retroactiva.
Y qué les digo de Raúl Cervantes, que ya avisó que pronto atraparán al hijo prófugo de Veracruz. Y no hay por qué dudarlo, habida cuenta de la eficiencia cruzazulera de la procu.
Ah, que ya no hay que decir cruzazulear porque dicen los de la Máquina y los del América que cruzazulearon gacho, que es peyorativo.