elearse con el agua para resolver problemas de escasez, consumo o desastres naturales “es una batalla perdida. Ese recurso es tan poderoso que puede ser desde una gran oportunidad de desarrollo o un arma de destrucción masiva, por lo que es escencial entender su naturaleza y generar conciencia sobre su valor”, aseguró el experto holandés Henk Ovink.
Como ejemplo, recordó que Holanda tuvo un problema de desbordamiento de ríos en los años 90. “Intentábamos hacer canales rectos para desahogar el líquido, pero nos dimos cuenta de que nuestro sistema no era tan eficiente como el de la naturaleza, que encuentra los mejores caminos serpenteando”, recordó en entrevista con MILENIO.
La solución, dijo el ex director nacional de Planeación del Agua de Holanda, fue darle más espacio a los ríos para que encontraran la ruta más eficiente al mar y así no han vuelto a tener inundaciones.
Ovink, quien vino a México como invitado especial del encuentro Aquatech, acotó que “en los dos días que llevo aquí no sé mucho sobre sus problemas”; sin embargo, “la solución siempre empieza por juntar a las partes interesadas y encontrar un objetivo común”.
De acuerdo con el especialista, para evitar la escasez del líquido la iniciativa privada debe disminuir su consumo “porque la mayoría de las veces los negocios y las grandes corporaciones, principalmente en la agricultura, no tienen el entendimiento de cómo utilizar menos”.
El experto aseguró que la agricultura consume 70 por ciento del agua que se usa en el mundo. “Incluso pensamos que ese indicador puede ser más grande en ciertos lugares”.
El documento Estadísticasdel AguaenMéxico2015, elaborado por la Comisión Nacional del Agua, señala que en el país la agricultura emplea 76.7 por ciento del recurso con un consumo de 65.15 millones de metros cúbicos.
Ovink destacó que “hay muchos programas basados en reutilizar y reducir, dos palabras muy importantes, por ejemplo, en California implementamos un invento holandés; una vara que mide cuánta agua requiere un suelo para cultivo. El sistema ahorró alrededor de 80 por ciento”.
También se puede reutilizar al reciclarla en los procesos industriales, pero no químicamente.
Al preguntarle sobre el impacto del precio del agua en el desperdicio, el experto destacó que “con la gente es lo mismo, todo empieza por la conciencia, es crítico valorar el agua”.
Ovink es asesor del panel intergubernamental de la ONU para el mejor aprovechamiento del agua, en el que participan tanto México como Holanda, y destacó que una de las áreas en las que más se enfoca esa iniciativa es en la importancia de valorarla. “En zonas marginadas muchas personas viven en asentamientos irregulares, en África son 60 por ciento, no hay infraestructura ni acceso al agua y pagan entre cinco y 50 veces más que las personas ricas, es una situación muy desigual”, ejemplificó.
Ante ese panorama el precio puede ayudar a valorarla, “pero vuelvo al tema de la conciencia. Un ejemplo es que hemos elevado el precio de los cigarros para atacar un problema de salud y no funcionó, la gente fuma”.
Por ello, “no se debe pensar que si se duplica el precio del agua la gente va usarla de forma más eficiente, van a seguir utilizando la misma cantidad solo porque pueden pagarla. Abu Dabi es el país con más escasez y es muy cara; sin embargo, consumen más que cualquier otra nación, por eso este problema no tiene que ver con el precio, tiene que ver con la cultura”.
Ante cualquier conflicto de agua “no se debe pensar en arreglar el problema, se tiene que comprenderlo, ese es siempre mi argumento. A mí me preocupa que en el mundo nos enfocamos más en encontrar soluciones rápidas que nos hagan evadir el problema y regresar a hacer nuestros negocios como acostumbramos. No puede persistir ese concepto”, concluyó.