Proceso abierto
Si, como dirían los clásicos, “el poder es la imagen del poder”, la imagen que se empeña en transmitir López Obrador es la del triunfador, aunque aún nadie haya votado por él. Es parte de su estrategia, aunque todo puede pasar en los 100 días exactos, a partir de hoy, para llegar al primero de julio.
La más reciente encuesta GEA-ISA “Escenarios políticos” concluye que todavía no hay nada para nadie. Trae, claro, como cualquier otra encuesta, adelante al tabasqueño, pero no le canta a él sus glorias ni el réquiem a sus adversarios. Tampoco reparte los indefinidos (28 por ciento) según la preferencia revelada de los que dicen saber por quién votarán, lo que por lo pronto cuando menos coloca al puntero no en el umbral de 40% sino en el de 30%. Esto, claro, es visto como ardid o un chapuceo por los de siempre, cuando simplemente es dejar que el indefinido lo sea y ser transparente al respecto.
La encuesta dice que el balance de opinión (positivos menos negativos) de los tres punteros es bastante negativo, que el de López Obrador es incluso más desfavorable que el de Anaya y, salvo por el segmento de edad de 20 a 39, no tan diferente del de Meade. Éste, por cierto, es el único de los tres que tiene un saldo positivo en un segmento de edad, el de mayores de 55 años, aunque claro que arrastra una pesada lápida que no parece querer dejar de lado en el camino.
Dice también que hay un número importante de personas que aún no define su voto (15%), aunque este hallazgo difiere y no poco de otros estudios que señalan, como el presentado ayer por
El Financiero, que 38% de los votantes dice estar indeciso y 17% tiene idea, aunque pueden cambiar de preferencia. Si tomamos estos últimos datos, resulta que solo poco más de 40% ya decidió su voto (situación, por cierto, no muy distinta a la que se dio en la elección del Estado de México y otras de años recientes). ¿Quién se declara triunfador cuando faltan 100 días para la apertura de casillas y más de la mitad de los votantes no ha decidido?
Los resultados de GEA-ISA siguen diciendo que aún no es claro el papel que tendrá la presencia de Margarita en la boleta, que la creciente crispación social puede tener efectos también inesperados y que el próximo despliegue de las campañas mostrará las estrategias de ataque/propuesta propias de la época y de cada uno de los candidatos. Total, que entre un candidato que es él mismo su peor enemigo, otro que tiene un dilema irresoluble con su propio partido y otro más que entre que son peras o son manzanas sigue dejando explicaciones que desear, el proceso está abierto. Es más, apenas está por comenzar.