Mi Sinfonía del placer
Mi primer amor fue la música. Me recuerdo recostada frente a la consola tocadiscos de color café, con las manos sosteniendo mi cabeza y mis codos clavados en la alfombra roja de la casa nueva en los suburbios donde pasé la infancia y la adolescencia. Escuchaba discos para niños, pero también ponía los acetatos de mi padre, que tenía un gusto ecléctico, pues lo mismo iba de los Beatles y Frank Sinatra a Los Ángeles Negros, José José, Elvis Presley, Ray Conniff, Celia Cruz y Vicente Fernández, pasando por el jazz, la bossa nova, Herb Alpert y hasta The Dave Brubeck Quartet con “Take Five” en sonido estéreo.
Podía pasar horas ahí, imaginando posibles escenas que se desarrollarían mientras esas canciones se instalaban en un gran salón de mi mente, en el que, desde entonces, he ido conformando una gran fonoteca. Seguramente no es la más completa, pero para mí representa una serie de universos entrelazados capaz de mostrarme la infinitud del sonido.
Hoy mi memoria está construida a base de besos y recuerdos musicales, de historias de gozo y rolas entrañables. Sinfonía del placer es, entonces, el libro de mi vida. El que siempre soñé escribir y compartir, un recorrido que acerca lo mismo a hechos históricos que a experiencias vitales mías y ajenas más reflexiones que buscan contestar numerosas interrogantes. Me gustaría que fuera su acompañante y les sirviera a manera de diccionario para expresar lo que les parece imposible de confesar, porque quizá cuando las palabras se acaben, la melodía permanezca.
La música y la sexualidad humana bien comprendidas tienen la capacidad de cambiar el mundo. Por eso, los invito a que me acompañen a la primera presentación del libro, que se llevará a cabo el 19 de junio, de 20 a 2 horas, en el Multiforo Urbano Bajo Circuito, en la colonia Condesa, CdMx. Entren a https://veronica-maza.boletia. com para descargar sus boletos gratuitos que les permitirán participar en la rifa de juguetes eróticos de última generación y servicios de salud sexual. La entrada es libre. ¡Allá nos vemos!