Milenio León

El sainete de Morena

Piso parejo Para renovar el Congreso Nacional se untaron fango y salieron a votar: acarreos descarados, violencia, urnas destruidas, coacción del voto, madrazos entre militantes y camiones en carrusel repletos de votantes comprados

- Gil s’en va GIL GAMÉS gil.games@milenio.com

Repantigad­o en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil recordó que el PRD era incapaz de organizar una elección interna sin que el fango lo sepultara. Morena ha aprendido la lección, en la primera de las dos jornadas de votación para renovar el Congreso Nacional se untaron fango en el cuerpo y salieron a votar: acarreos descarados, violencia, urnas destruidas, coacción del voto, viejitos y viejitas con sus bastones en las casillas para no perder su estipendio mensual, madrazos entre militantes, camiones en carrusel repletos de votantes comprados. Qué bonita familia.

Mario Delgado Delgadín puso orden, mjú, y dijo: “No vamos a permitir las prácticas de otros partidos: el acarreo, la compra de votos, la simulación, eso no lo podemos permitir en Morena”. Mientras el dirigente nacional pronunciab­a estas palabras, en la elección de Morena se imponían el acarreo, la compra de votos, la simulación. ¿Estamos locos? “Tiene que ser una participac­ión libre, democrátic­a, que la gente decida quiénes van a ser sus dirigentes”.

Como veían que resistía fueron a decir otra mentira, y así hasta el fin de los tiempos. Esto que usted ve no existe, se trata de una alucinació­n. ¿Se acuerdan de John Ackerman? Ése, dos veces doctor, seguidor de Liópez Obrador, conductor de televisión, periodista de fasto y fusta, hombre tierno con su pareja, Irma Eréndira Sándoval, este bi doctor da un curso en jurídicas: Obsecuenci­a V, dicen que no tiene rival como maestro, pues este jurisconsu­lto denunció terribles irregulari­dades en la elección. El sainete había empezado.

A Gil se le queman las habas por conocer la opinión del Presidente de esta vergüenza de su movimiento. Dentro de ese partido hay un verdadero desbarajus­te. Se requiere una voz de mando, pero Gilga no sabe quién podrá poner orden en el desorden. A ver, ayúdenle a Gamés. ¿Mario Delgado Delgadín?, fríos, fríos; Adán Augusto López, tibios, tibios; ¿Claudia Sheinbaum?, calientes, calientes; ¿alguien en Palacio Nacional? Hirviendo, se están quemando. Y para arreglar el desastre de la elección, como dice el clásico, será preciso decir otra mentira.

Gilga oyó la voz de la verdat: “fue tanta la subcultura antidemocr­ática que todavía en nuestro movimiento están esperando una señal. La señal la va a dar la gente, y es muy sencillo: en el caso de los candidatos a la presidenci­a, encuesta, y lo que diga la gente, y yo voy a apoyar al que gane la encuesta”. Más claro ni el agua. Una de esas verdades, calcula Gamés, se escuchará en Palacio ¿Apuestan?

Aeropuerto­s

Un amigo que no malquiere a Gamés afirma que entre más aeropuerto­s tenemos, menos aeropuerto­s tenemos. En el AIFA no aterrizan ni las moscas y llegar o salir de él es una utopía, no hay todavía vialidades, que así les llaman; el de Toluca se reactiva con la lentitud de un hipopótamo; al AICM Benito Juárez es un queso gruyere, las pistas tienen baches, los aterrizaje­s malogrados suman centenas, las demoras en despegues han vuelto locos a los viajeros; la Terminal 1 es un mercado azteca, Gil no le desea a nadie que entre o salga por ese infierno; la Terminal 2 dio muy buen servicio, pero el director resultó saber tanto de aeropuerto­s como Gamés, es decir, nada, y por si fuera poco le retiraron el sucio dinero. ¿Todo mal? Sí, todo.

Gilga medita: ¿entonces qué ocurrirá? Nadie lo sabe. Podrían eliminarse los aeropuerto­s de la vida mexicana, al final es un invento neoliberal. ¿Sí o no? Las carretas jaladas por caballos no son una mala opción. Un grito ensordeced­or hizo añicos el silencio del amplísimo estudio: ay, mi hijos, hemos recibido un castigo divino.

Díaz-Canel

Gil no abandonará esta página del fondo sin transcribi­r aquí el mensaje del dictador Díaz-Canel al presidente Liópez Obrador: “Aquí estamos, hermano Andrés Manuel, para lo que necesite y mande México”. ¿No te sobrarán otros médicos que vengan a México? ¿Y cómo andan de vacunas contra el covid? Saludos a Silvio. Usted lo sabe: la dictadura cubana ha cumplido 63 años en el poder.

Todo es muy raro, caracho, como diría Charles Lamb: “Si la suciedad fuera un triunfo, ¿qué mano levantaría­s?”.

A Gil se le queman las habas por conocer la opinión del Presidente de esta vergüenza

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