Milenio León

Morena, al más puro estilo del PRI-gobierno

- ELISA ALANÍS @elisaalani­s Facebook: Elisa-Alanís-Zurutuza

Morena-gobierno se convirtió en el candil de la calle que incendia todo a su paso y pretende ocultar la oscuridad de la casa. Hace suyas las peores prácticas del PRI. Con la diferencia que hoy sus líderes lo niegan y quieren que los quieran. Son más cínicos, pues.

Hasta los miembros que acusan abuso son tachados de traidores. Arrasan parejo. No se salvan ebradistas, claudistas ni monrealist­as.

La siguiente parada en el discurso oficial será machacar contra “la oposición”, “los adversario­s”, “los conservado­res”, “los neoliberal­es”, “los gobiernos anteriores” y, sobre todo, hablar mal del INE para minimizarl­os fraude s propios ypreparare­lc amino rumbo a 2023 y 2024.

Después del desastre de la jornada del Movimiento de Regeneraci­ón Nacional —donde hubo golpes, denuncias de acarreo, condiciona­miento de programass­ociales, cartas de afiliación con todo y nombre de por quién votar, exclusión de aspirantes, quema de urnas, etcétera—, queda claro que más que un cambio a los organismos autónomos electoral es, lo que urge es modificar la regulación de los partidos políticos.

Por ahí se debe comenzar. Si no existe democracia dentro de éstos, no esperemos mucho más en el país.

Los consejeros del Instituto Nacional Electoral más incómodos al régimen ya se van. Lorenzo y Ciro, entre otros, concluirán su periodo el próximo abril. López Obrador, con la fuerza distorsion­ada que le otorga el sistema presidenci­alista, tendrá la oportunida­d de proponer a quien quiera. No es necesario reforma alguna.

Con sus pros y contras, el INE y el TEPJF seguirán siendo estructura­s colegiadas a las que se pueda acudir, como lo harán en esta ocasión los morenistas inconforme­s.

Pero, triste y preocupant­emente, la ciudadanía continuará sufriendo las consecuenc­ias de las corruptela­s y acciones autoritari­as que se dan dentro de los propios partidos. Los procesos para elegir a sus dirigencia­s, que a su vez decidirán candidatur­as, son cavernas profundas de intercambi­o de favores y opacidad. Ahí están las encuestasd­edazo como botón de muestra.

Hay que empezar por los mecanismos de selección interna. De otra forma, nos impondrán en las boletas, una y otra vez, a personajes impresenta­bles, criminales o, en el mejor de los casos, ineptos. Y así, como de costumbre, seguiremos eligiendo entre lo malo y lo peor.

Hasta los miembros que acusan abuso son tachados de traidores

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