René Juárez
Con René Juárez nos conocimos siendo muy jovencitos, con don Alejandro Cervantes Delgado. El entonces gobernador lo nombró coordinador de Copladeg, y a mí su secretario particular.
Hijo de una mujer afroamexicana, oriunda de Juchitán, las raíces de René están muy cerca de Las Peñitas, en el municipio de Marquelia, de donde es el apellido Cisneros.
Nació en el histórico barrio de La Laja (fundado por un personaje mítico en Guerrero: Alfredo López Cisneros), en Acapulco, a donde sus padres emigraron. Su padre fue campesino originario de San Luis Acatlán.
A René aún lo recuerdo con su melena “afro”, y yo con el pelo largo; ambos recién egresados, él de la Escuela de Economía de la UAG, y yo de la Facultad de Economía de la UNAM. Éramos colegas pues, y habíamos impulsado el Colegio de Economistas Guerrerenses, del que ambos fuimos presidentes.
Le encantaban los autos de mucha velocidad, cuando tuvo la posibilidad se hizo de un Mustang, que mucho me presumía en nuestras largas convivencias.
Alguna vez René me platicó que había trabajado como peón en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, lo mismo que de garrotero y mesero en alguno de los restaurantes en La Condesa, de la familia de Ernesto Rodríguez Escalona, quien después fuera uno de sus más cercanos colaboradores, pero sobre todo su amigo.
Crecimos juntos en la administración públicaconlasalforjasllenasdeesperanzas.
José Francisco Ruiz Massieu lo nombró secretario de Planeación y Presupuesto, compartiendo el tercer piso del viejo Palacio de Gobierno en Chilpancingo. Yo en mi carácter de secretario de Desarrollo Económico.
Su nombre empezó a sonar muy fuerte para ser alcalde de Acapulco; se sometió a una consulta popular, la cual ganó abrumadoramente. En esos años me desempeñé como diputado federal en la 55 Legislatura. Nos volvimos a encontrar, yo como dirigente del PRI estatal… Al cabo de algunos años asumí la gubernatura en forma interina para relevar a Rubén Figueroa Alcocer. Le pedí asumiera la dirigencia de esta organización política en mi lugar, para después asumir la Secretaría de Planeación durante mi gobierno. La suerte estaba echada, sería gobernador de Guerrero.
Dos días antes de que mi Angelito partiera, René y yo hablamos, habíamos quedado de vernos. Ese día ya nunca llegó, pues mi hijo se había adelantado para darle cuentas a Nuestro Señor, estoy seguro que ahora habrán de conversar allá donde todos tendremos un día que llegar.
Querido René: vamos a extrañar tu dinamismo, tu eficacia como funcionario, tu carácter a veces seco y a veces alegre; vamos a extrañar tu hiperactividad, tu amor por el deporte, pero sobre todo tu amor por Guerrero.
Del anecdotario:
En el Foro Plural de Ex gobernadores de México recibimos a la senadora Olga Sánchez Cordero, quien como testigo y protagonista de la historia reciente, nos narró episodios que marcaron su vida profesional y política.
Nos platicó cómo vivió los movimientos estudiantiles en defensa de la UNAM que devino en actos de represión en 1968 y 1972.
Se definió a sí misma como irreductiblementerebelde.Sereivindicócomofeminista, al contarnos las dificultades para abrirse paso en la que ha sido una brillante carrera como abogada y ahora como legisladora.
Con su amena charla, las horas se fueron volando y quedamos de sostener otro encuentro en un futuro cercano.
La vida es así…