Millennials pobres y centennials ricos
La vida financiera que logremos depende de un sinfín de elementos como un contexto personal, generacional o el país en el que se reside. Por algo llamamos a las finanzas personales, personales.
Los más jóvenes, los centennials, tienen la oportunidad de aprender sobre la supervivencia en momentos de crisis y de entender qué los hace fuertes, qué los debilita y cómo el dinero es una recompensa inmediata y a largo plazo.
La generación Z, quienes nacieron entre 1996 y 2012 y tienen entre 10 y 26 años, está experimentando su primera crisis financiera. Estos nativos digitales que empiezan su vida laboral son más propensos a hablar e investigar sobre educación financiera y “sus hábitos de ahorro sufrieron cambios, especialmente en los jóvenes colombianos y mexicanos, haciéndolos más conscientes de la economía y la importancia de generar métodos de ahorro más seguros gracias a la digitalización”, según Hábitos y comportamientos generacionales en Latinoamérica de LLYC. Esto hace que tengan una mayor esperanza de su economía a futuro que los millennials.
“Los centennials tienen una mayor esperanza a futuro porque ven la salida en ellos mismos, ellos son el motor de ese cambio y de un mejor futuro”, me dijo Ernesto González, director de Deep Learning Región Norte y USA en LLYC. Mientras, “los millennials han vivido más crisis, son más escépticos y contemplan más el entorno económico internacional o los planes para la recuperación. Tienen más pesimismo y desesperanza económica”.
En 2019 y 2020 la esperanza económica de la generación Y, los millennials, era positiva, más de ellos pensaban que mejoraría, y menos que empeoraría. Esto cambió en 2021 y la mayoría espera que empeore, según el estudio de LLYC.
Para los millennials “el futuro ha sido engullido por la incertidumbre”, dice el estudio. Si bien había grandes expectativas de ellos, desarrollarse entre recesiones económicas y un costo de vida al alza hizo que tengan el más lento crecimiento económico en comparación con las generaciones X y los baby boomers. Son la generación sándwich, me explicó Ernesto, porque no son los más jóvenes en el mercado laboral o los que están más cercanos al retiro, y si bien tenían conciencia sobre el ahorro y la inversión, lo que habían podido juntar sirvió para enfrentar la crisis que trajo covid-19.
Estar preparados para el largo plazo con más ahorro e inversiones es un aprendizaje para los centennials, porque esta crisis no será la única. Lo que deben dominar y retener es a seguir rompiendo con el status quo; porque la generación Z, “no va a vivir en el molde, busca cómo poner su granito de arena, sabe que tiene una voz y que puede alzarla vía las redes sociales”, me dijo Ernesto. Quizá los millennials podríamos aprenderles algo de ellos para enfrentar la incertidumbre que sentimos.