El que se enoja pierde

De nuevo el debate nos queda a deber y aunque ayer la nota no fue el formato ni las fallas en la organización del mismo, sí lo fue la rijosidad con la que se condujeron las aspirantes a la presidencia a quienes vimos más aguerridas que en la primera edición, pues en el ejercicio de anoche los adjetivos, acusaciones y señalamientos subieron tono para pasar de “la candidata de las mentiras” a “la candidata corrupta” y de ahí a la “narco candidata”.

Con esto no podríamos hablar del ganador del debate, creo que hay un gran perdedor y es ni más ni menos que el pueblo de México, que vio como las dos candidatas que están arriba en las preferencias electorales terminan ofreciendo más de lo mismo, no hay en su exposición de ideas más que promesas que se las lleva el viento y que nada aseguran que darán a nuestro país la paz y prosperidad que todos merecemos.

Ambas hicieron la tarea, por un lado Xóchitl cuidó más el detalle de la información, cuidó más su lenguaje, aunque continuamente trastabilló en muchas de sus ideas pero en general se notó más preparada que en la edición del primer debate. Claudia por su parte cuidó mucho exponer los logros de AMLO para evitar el reclamo y no pelear con la candidata de la oposición, sabedora que en una exposición pública de ideas cualquier cosa que diga puede ser usada en su contra, sin embargo al fidanas cayó en la tentación de responder a los ataques de su adversaria.

Y es que Xóchitl en todo momento la llamó la “candidata de las mentiras”, Claudia se abstuvo en todo momento a adjetivar a Gálvez sin embargo al cierre del debate la llamó “candidata corrupta” a lo que la aspirante de la alianza Fuerza y Corazón por México respondió con un “narco candidata”, lo que a todos nos deja con una idea clara del nivel de debate político que tenemos en nuestro país y entonces ya no sabemos si es más malo el pinto que el colorado, y nos vuelven a dejar en la posición de votar por el menos peor.

Ah no se me olvida Jorge Álvarez, el candidato de MC, que en gran parte del debate parecía más moreno, que naranja, y cuya sonrisa persistente, hace pensar que él sabe que no tiene nada qué perder y sí mucho que ganar al pasar a la historia como candidato presidencial, aunque luego de los perdedores nadie se acuerde.

En fin, el que se enoja pierde, y los ciudadanos perdimos al ver la pobreza otra vez de quienes dicen que quieren gobernar.