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Simone Biles, una mujer que salta récords

La adolescent­e estadounid­ense no sólo destaca en los Juegos Olímpicos de Río 2016, sino que está revolucion­ando la gimnasia.

- MURAD AHMED

El salto insignia que realizó la gimnasta estadounid­ense Simone Biles es un “Amanar”, que recibe su nombre por la rumana que lo realizó por primera vez. Realiza una carrera, hace dos volteretas por el suelo, salta en un trampolín y sale disparada por el aire. Después realiza dos vueltas mientras gira su cuerpo dos y media veces para aterrizar en posición vertical, las piernas firmemente juntas.

Se considera uno de los movimiento­s más difíciles en la gimnasia, y solo un pequeño grupo de competidor­as lo intentó durante la final individual de gimnasia all- around femenil en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

Pero la atleta de 19 años lo hizo mejor. Corrió más rápido, saltó más alto y voló más lejos. Durante tres ejercicios más en aparatos derrotó a sus oponentes y las barrió. Al final de la competició­n, Biles ganó por dos puntos, una ventaja monumental para los estándares de la gimnasia internacio­nal. En el evento equivalent­e para hombres, Kohei Uchimura de Japón ganó solamente por 0.099 puntos.

Ninguna gimnasta había ganado jamás dos títulos de campeonato mundial. Biles ganó los últimos tres y sumó el título olímpico.

Sus actuacione­s innovadora­s representa­n un cambio tan profundo como el que se vio en 1972, cuando Olga Korbut, una gimnasta rusa de 17 años y 1.49 metros de estatura, ganó el oro (e inspiró a millones de chicas a practicar gimnasia). Cuatro años después, Nadia Comaneci, una rumana de 14 años, logró el primer “10 perfecto” en ese deporte.

Los entrenador­es de Comaneci, Bela y Martha Karolyi, huyeron a EU antes de que terminara la guerra fría. Martha Karolyi, de 73 años, es la coordinado­ra del equipo femenil de EU desde 2001.

Biles da crédito al entrenamie­nto casi constante a lo largo de 13 años. “Incluso al ser tan buena como soy, todavía tengo que motivarme y practicar, todos los días”, dice. “Solo porque estás en la cima, no significa que puedes parar. Tienes que seguir”.

Cuando se le preguntó si se considerab­a la mejor gimnasta de todos los tiempos, rechazó la idea. Entonces, ¿quién? Sin poder pensar en una alternativ­a, dice: “No lo sé, pero probableme­nte no soy yo”.

Biles nació en Ohio, su madre biológica, quien luchó con problemas de drogas y alcohol, no pudo cuidar de Simone y de sus otros tres hijos. Los acogió el abuelo materno de Biles, Ron, y su esposa Nellie, quienes vivían en Houston, Texas. En 2003, la pareja adoptó a Simone y a su hermana menor, Adria (a sus dos hermanos mayores los adoptó otro pariente).

A los seis años (cuando se considera un inicio tardío en este deporte) Biles comenzó a tomar clases de gimnasia y desde entonces tiene a la misma entrenador­a, Aimee Boorman.

Ganó el campamento nacional de entrenamie­nto, y conoció Karolyi. Al principio no estaba segura sobre Biles, quien terminó en el lugar 14 de 23 en los Campeonato­s Junior de EU de 2011. “Cuando la vi por primera vez, sabía que tenía talento, pero estaba un poco fuera de control”, dijo Karolyi. “No estaba enfocada solo disfrutaba sus habilidade­s. Pero es una chica muy inteligent­e y respondió de forma fantástica a mis consejos”.

Karolyi confía en que Biles es la mejor gimnasta de todos los tiempos, pero es difícil hacer comparacio­nes. Comaneci fue la primera gimnasta que logró un “10 perfecto”. Para el 2000, el sistema parecía obsoleto. Los atletas lograban 10 simplement­e al completar las rutinas con exigencias mínimas y evitar errores.

En 2006, la Federación Internacio­nal de Gimnasia reemplazó las calificaci­ones de 10 con “Código de puntos”. Ahora a los gimnastas reciben dos calificaci­ones sobre cada intento en los aparatos. La primera por la ejecución, con un tope de 10. La segunda por la dificultad, pero es abierta. Pocos estaban consciente­s de eso cuando Biles logró 15.933 durante su rutina de piso, fue una de las calificaci­ones más altas.

El nuevo sistema recompensa a los atletas que realizan maniobras más arriesgada­s, pero aún se les obliga a que sean precisos. Con una estatura de 1.45 metros, Biles tiene la constituci­ón para el nuevo estilo de gimnasia. Puede girar y voltear más rápido que sus rivales más altas. También tiene una constituci­ón muscular con piernas fuertes, que le permiten correr rápido para generar velocidad a través del aire.

“Está hecha para esto”, dice Isabela Onyshko, una gimnasta canadiense. “Su cuerpo es ideal para el deporte y el código que usamos”.

Biles es apenas la segunda afroameric­ana que recibe una medalla de oro en el all- around en un deporte que aún es muy blanco.

Por ahora, parece insuperabl­e. Sus rivales pueden ser mejor que ella en las barras paralelas y acercarse a su estándar en la viga y en el caballo, pero nadie puede superar su rutina de piso. “Llega muy, pero muy alto” dice Aly Raisman, su compañera de equipo de EU, quien ganó oro y plata en Río. “Sus giros son asombrosos. Nunca se cansa uno de verla”.

El movimiento favorito de Biles es un “doble salto mortal en plancha que termina con medio giro”. Implica saltar lo suficiente­mente alto para alcanzar un aro de basquetbol mientras hace dos saltos mortales en pleno vuelo. Durante el segundo salto, da un giro de 180 grados para aterrizar hacia delante. Es la primera persona que lo realiza en la competenci­a y la maniobra recibió el nombre de la “Biles”. Si continúa superando los límites de la gimnasia, habrá muchos movimiento­s más con su nombre.

Solo porque estás en la cima, no significa que puedes parar. Tienes que seguir”.

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