No habrá ningún cambio para las empresas mexicanas”
privada. Las ventas de Cemex en Colombia pasaron de 655 mdd en 2016 a 566 mdd el año anterior, una caída de 15%.
Aunque buena parte de las inversiones de empresas mexicanas se hicieron con base en expectativas que no se están cumpliendo, ese escenario podría empezar a cambiar una vez despejada la incertidumbre electoral.
“Este año y el próximo se espera que, con la apreciación modesta del peso colombiano y el proceso de reactivación de la economía, las utilidades de las empresas extranjeras, en general, y mexicanas, en particular, se incrementen ligeramente en dólares”, dice Andrés Langebaek, director de estudios económicos de Grupo Bolívar, en Bogotá.
De hecho, el FMI revisó al alza en enero pasado la proyección de crecimiento del PIB para 2018 y la ubicó en 3%, además de prever 3.6% de expansión para 2019.
Más allá de una mayor o menor volatilidad cambiaria según quién resulte ganador entre el derechista Iván Duque y su mayor contrincante el izquierdista Gustavo Petro, el entorno para las empresas mexicanas no sufriría grandes cambios. “La incertidumbre sobre los resultados de las próximas elecciones presidenciales no ha frenado inversiones de empresas mexicanas en Colombia: Cemex y Femsa han hecho fuertes desembolsos, y Mabe hizo ampliaciones en su planta de Manizales”, dice Rafael Nava, vicepresidente de la Cámara de Comercio México- Colombia, y añade “dado que las inversiones son a largo plazo, el ganador es irrelevante, no se ve que habrá algún cambio en las políticas económicas”.
En donde sí puede haber cambios es en el sector de la construcción, en el que Cemex es uno de los principales jugadores. “Petro ha mencionado en varias oportunidades no estar de acuerdo con el programa 4G, dado que no quisiera que el sector financiero tuviera un rol en la la inversión del proyecto y quiere que el estado sea el que aporte el dinero a esas vías”, dice Langebaek de Grupo Bolívar, “en cambio, el resto de los candidatos ha manifestado su interés en seguir con el programa”.
A futuro todo indica que no surgirán cambios en ambos países. Los procesos electorales siempre trae volatilidad, pero Venezuela y Colombia no son iguales. Si bien, las empresas mexicanas tiene dos panoramas muy distintos en cada país. En Venezuela las pérdidas no paran y eventualmente, si no hay un cambio, deberán decidir que hacer con sus negocios. En Colombia, la recuperación pinta un horizonte en el que la inversión hecha a largo plazo sí podría traer los resultados esperados.