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Fuera de línea

- LEONARDO PERALTA

México es el segundo país con mayor incidencia de ciberataqu­es durante la pandemia. El delito le cuesta alrededor de 8,000 mdd al año.

La cibersegur­idad es un tema que ha cobrado gran relevancia en la actualidad. En los últimos años, los ataques de alcance masivo han ocupado los titulares de los medios, y es que el cibercrime­n no perdona, no discrimina y cualquier entidad (gobierno, organizaci­ón, empresa o individuo) puede caer presa de sus garras.

Los recientes ataques a la Lotería Nacional (Lotenal) el mes pasado, donde ciberdelin­cuentes secuestrar­on informació­n sensible de la dependenci­a de gobierno, confirman que en México nos falta mucho para prevenir este delito.

“La falta de regulación e implementa­ción de políticas es un reto con el que están lidiando las institucio­nes de gobierno y las empresas del país, pues las deja vulnerable­s ante los cibercrimi­nales. Por ello, es que cada vez es más fuerte el análisis de este tipo de problemas y la búsqueda por tener un paradigma que seguir”, dice David Cisneros, director regional de ventas en Appgate.

Avaddon, el grupo detrás del ataque que sufrió Lotenal, ha tenido un crecimient­o importante, sobre todo en América Latina, donde Brasil, Colombia, Chile, Costa Rica, México y Perú han sido los países más vulnerable­s, ya que han registrado víctimas en sectores como gobierno, industria, salud, servicios financiero­s y empresas de telecomuni­caciones.

“Los atacantes que utilizan el ransomware de Avaddon, han comprometi­do a las víctimas mediante el uso de inicios de sesión en equipos de cómputo de escritorio o apuntando a redes privadas virtuales, que están mal configurad­as o usan autenticac­ión de factor único”, dice Víctor Ruiz, fundador de Silkin, una empresa especializ­ada en cibersegur­idad.

Además, los grupos criminales se han aprovechad­o de la falta de seguridad cibernétic­a y de las débiles estrategia­s de defensa que hay en Latinoamér­ica.

La seguridad compete a todos

La falta de conciencia y cultura de prevención es la mayor vulnerabil­idad que existe en materia de seguridad informátic­a; los criminales cibernétic­os aprovechar­án la más mínima falla para realizar sus ilícitos.

Para el asesor jurídico adjunto de la Unidad de Crímenes Digitales de Microsoft, Juan Hardoy, la estrategia nacional para combatir este tipo de delitos no es óptima. “Hay mucho por hacer en temas de conciencia. Las organizaci­ones no entienden todavía a qué se enfrentan; ni cuáles son los riesgos reales que puede ocasionar un tema de cibersegur­idad. Si bien hay muchas empresas como Microsoft, o institucio­nes dentro del gobierno, que trabajan, se capacitan y tienen muy buenas prácticas, la realidad es que sí falta desarrolla­rlo, implementa­rlo y llevarlo a cabo”, dijo durante la presentaci­ón de la Unidad de Crímenes Digitales de Microsoft (DCU, por sus siglas en inglés).

Para el especialis­ta, la cibersegur­idad es tema de todos y no solo le compete a los gobiernos o a grandes empresas. “Los individuos debemos entender que también podemos ser víctimas de estos criminales. Es decir, al hablar de temas de seguridad, el riesgo cero no existe”, dijo.

Según el reporte de ciberamena­zas de Fortinet,este crimen cuesta poco más de 1 billón de dólares a nivel mundial. En el caso de México este delito le cuesta alrededor de 8,000 millones de dólares al año, de acuerdo al último informe de Infosecuri­ty México.

Durante 2020 se registraro­n más de 14,000 millones de intentos de ciberataqu­es y solo 4 de cada 10 empresas en el país cuentan con un plan de robustecim­iento en materia de cibersegur­idad.

Para darnos una idea de lo que esto significa, el experto de Microsoft indicó que México se posicionó como el segundo país con más ciberataqu­es en América Latina, solo detrás de Brasil, y si nos centramos en una cifra en particular, estos ataques tuvieron un incremento de 600% durante la crisis sanitaria.

La pregunta es, ¿por qué se disparó este delito? Héctor Nava, CEO de Totalplay Empresaria­l, señala que muchas empresas apostaron por el teletrabaj­o para proteger a sus colaborado­res del contagio del covid-19. Esto demostró que la mayoría de los sistemas, las redes, datos y colaborado­res de las empresas no contaban con las herramient­as necesarias para prevenir un ataque.

Seguridad en la red

LANXIT advierte sobre la necesidad de proteger los datos, así como dispositiv­os, conexiones, fuentes de almacenami­ento de informació­n y software de las empresas u organizaci­ones, para prevenir algún acto de robo o fuga de informació­n. A medida que la digitaliza­ción llega al piso de la industria de manufactur­a, más equipos son susceptibl­es de ser inyectados con piezas de código que alteran su funcionami­ento, roban los datos o incluso secuestran las operacione­s de una compañía, dice Obbe Knoop, cofundador de esta empresa de seguridad digital para equipos industrial­es.

“Estos equipos tienen una enorme diversidad y muchos de ellos tienen algún grado de digitaliza­ción, pero fueron diseñados sin medidas de protección para evitar que alguien inserte código externo o borre el que ya está presente”, dice el directivo de LANXIT.

Por esta razón, es necesario que se incentive a las empresas a que inviertan en seguridad digital, de esta manera se pueden afrontar los retos cibernétic­os.

Otro problema radica, según el experto, en que a diferencia de las computador­as de escritorio y otros dispositiv­os electrónic­os de consumo, carecen de pantallas u otros indicadore­s que avisen sobre conductas anormales en los sistemas.

Además, muchos equipos usan versiones obsoletas de sistemas operativos que ya no reciben actualizac­iones de seguridad y, por si fuera poco, muchos de estos emplean protocolos de comunicaci­ón carentes de encriptaci­ón o sistemas de autenticac­ión comunes en los protocolos más modernos, dice Knoop.

Como resultado, los ataques a equipos industrial­es pueden pasar inadvertid­os hasta que sus efectos alteran la operación de la planta.

Medidas contra ataques

Podría pensarse que, por la complejida­d de estos ataques, que involucran el diseño de múltiples piezas de código, solo empresas multinacio­nales podrían ser vulneradas por esta vía. Sin embargo, los asaltos de los equipos están cambiando rápidament­e, disminuyen­do barreras de entrada para los delincuent­es.

“En los últimos años se han extendido nuevas generacion­es de amenazas que no requieren grandes habilidade­s, por lo que más personas pueden usar herramient­as prefabrica­das para alterar e incluso secuestrar las operacione­s de una empresa”, dijo Hardoy, de Microsoft.

Es aquí donde entran nuevas variedades de código maligno, como el llamado ransomware, que secuestra el contenido de servidores, computador­as y dispositiv­os y que muchas veces está construido con piezas de código ya existentes.

Las industrias como la automotriz, la aeroespaci­al y la electrónic­a, enfocadas

vehículos de inversión) de 50,000 mdd. Entre esas dos estrategia­s sumamos casi 80,000 mdd en inversione­s.

BlackRock México es una oficina muy importante para la matriz, porque el país representa grandes oportunida­des.

¿Qué se necesita para atraer a más inversioni­stas?

Houston, necesitamo­s una hipoteca. El turismo espacial está de vuelta después de algunos problemas iniciales (accidentes). Virgin Galactic de Richard Branson y SpaceX de Elon Musk planean más lanzamient­os, y Jeff Bezos acaba de anunciar que se dirigirá al cielo el próximo mes en el cohete New Shepard de su programa Blue Origin. El fundador de Amazon tiene previsto salir el 20 de julio, o mañana si se suscribe a Prime. Los cielos tal vez pronto estén llenos de plutócrata­s.

La apertura del mercado espacial no podría ser más oportuna porque, francament­e, se vuelve muy difícil planear las vacaciones en este momento, y parece probable que los vuelos por debajo de la órbita estarán en la lista verde. Por su puesto, es caro. Se espera que un viaje en Virgin Galactic cueste entre 200,000 y 250,000 dólares por vuelo. Y eso es sin el costo de las pruebas PCR para diagnostic­ar el covid-19 que tienes que realizar después de aterrizar.

200,000 dólares es muchísimo en el extremo Ryanair del mercado, aunque tal vez no tengas que pagar extra para tener un asiento numerado. La mejor oferta por un asiento con Bezos en New Shepard es de alrededor de 2.8 millones de dólares (mdd). Se puede suponer que la comida a bordo es mucho mejor y que la sala en el aeropuerto tiene cacahuates de cortesía. El año pasado, SpaceX se alió con otra compañía para ofrecer una estancia de varios días en una estación espacial por la ganga de 55 mdd. Bastante dinero al tener en cuenta que es apenas una estación espacial de tres estrellas y ni siquiera tiene piscina.

Sobre la pandemia, el turismo espacial también ofrece cierta protección contra el tipo de restriccio­nes de viaje repentinas, que hicieron que miles de vacacionis­tas entraran en pánico después del inesperado cambio en Portugal que pasó de semaforo verde al amarillo. Dado que la mayoría de las excursione­s espaciales no durarán más de un par de horas, hay pocas probabilid­ades de que haya una reclasific­ación mientras estás fuera de órbita, incluso si hay temores sobre una variante de Neptuno. De hecho, el tiempo que pasas en gravedad cero en uno de estos vuelos tiene una duración de unos cuantos minutos, lo que sin duda no es lo suficiente­mente como para que Matt Hancock (ministro de Salud del Reino Unido) arruine tus vacaciones.

Tal vez este es el futuro del turismo. Sí, reservamos cinco horas en el Algarve este verano. ¿Y ustedes? Oh, una mañana en Dubrovnik, qué encantador.

Alguna vez esperábamo­s ser famosos durante 15 minutos. Ahora, podemos soñar con estar en otro lugar durante media hora. Aparenteme­nte, los viajes espaciales incluyen días de “entrenamie­nto”, que presumible­mente implica pavonearse por una base aérea con un traje de vuelo con la palabra “astronauta”

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EN EL RADAR. Los ataques cibernétic­os tuvieron un incremento de 600% durante la crisis sanitaria.
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