Un sorbo más caro
La sequía de Brasil y los problemas de los exportadores de café han disparado los precios del mercado afectando a los consumidores.
Un aumento en los precios de los granos de café sin tostar pronto podría comenzar a filtrarse en los costos que pagan los consumidores por su dosis diaria de cafeína, en la señal más reciente de cómo los mercados de materias primas están afectando a la economía global más general.
Los precios de los granos de café en los mercados internacionales se dispararon ya que las cosechas de Brasil, el principal productor, resultaron dañadas por la peor sequía en casi un siglo, lo que llevó a la primera escasez de suministro en el mercado en cuatro años. Las protestas contra el gobierno en Colombia detuvieron las exportaciones a principios de este año, lo que provocó un nuevo aumento.
A principios de junio, la referencia de futuros en Nueva York para el arábica, el grano de café de gama alta, alcanzó un máximo de cuatro años y medio de casi 1.70 dólares por libra, casi 70% más en comparación con el año anterior. Los precios desde entonces cayeron a alrededor de 1.50 dólares por libra, algo que todavía representa un marcado incremento en comparación con 2020.
La sequía devastadora “realmente tuvo un impacto significativo en las cosechas de café este año”, dijo el jefe de estrategia de Saxo Bank, Ole Hansen.
Otras materias primas como el mineral de hierro, el maíz y el petróleo también aumentaron de precio este año, algo que los economistas dicen que llegará a la economía en general a medida que los productores aumenten los precios que cobran a los consumidores.
Los tostadores y los compradores de café suelen tener contratos a plazo con sus proveedores, algo que los aísla de la volatilidad de precios durante cerca de tres a nueve meses. La escasa demanda de café por parte de las cafeterías y los restaurantes debido a los confinamientos también significa que tal vez todavía tengan algo de inventario disponible.
Sin embargo, cuando esos acuerdos de precios llegan a su fin y las economías se abren, muchos tostadores que buscan firmar nuevos acuerdos de compras a precios del grano marcadamente más altos, lo que tal vez se transfiera a los clientes de los supermercados o de las tiendas de café, dicen los analistas.
“Todavía estamos entregando café de contratos anteriores. Es el siguiente conjunto de entregas el que va a comenzar a ser más caro”, mencionó Stephen Hurst,