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Bill Ackman abandona su plan de SPAC para tomar una participación de 4,000 mdd en Universal Music.
La compañía de adquisición de propósito especial (SPAC) de Bill Ackman abandonó sus planes de comprar una participación de 4,000 millones de dólares (mdd) de Universal Music Group luego de una reacción negativa por parte de los reguladores y los inversionistas.
En su lugar, la adquisición de una participación de 10% en Universal Music, hogar de artistas como Taylor Swift y Lady Gaga, la realizará el fondo de cobertura Pershing Square del multimillonario.
La reestructuración marca el final de los esfuerzos de Ackman de lograr el primer acuerdo en su tipo a través de su SPAC. Pershing Square Tontine Holdings (PSTH), después de que se acordó el mes pasado comprar la participación a Vivendi, el propietario de Universal Music.
En una carta a los inversionistas de PSTH, Ackman responsabilizó a los problemas que tenían los reguladores de la Comisión de Bolsa y Valores de EU (SEC, por sus siglas en inglés) con la estructura poco convencional del acuerdo de SPAC.
“Nuestra decisión de buscar una combinación de negocios inicial (IBC, por sus siglas en inglés) alternativa fue motivada por los problemas planteados por la SEC con varios elementos de la transacción propuesta, en particular si la estructura de nuestra IBC calificaba bajo las reglas de la Bolsa de Valores de Nueva York”, dijo Pershing Square.
Las SPACs recaudan dinero de los inversores a través de una salida a bolsa y, por lo general, buscan combinarse con una empresa privada a través de una fusión. Sin embargo, el acuerdo entre PSTH de Ackman y Universal Music rompió ese molde. En lugar de fusionarse con el sello discográfico, los inversores de PSTH se habrían convertido en accionistas de Universal Music antes de su salida a bolsa a finales de este año.
En una entrevista con el FT, Ackman dijo que PSTH trató de abordar las preocupaciones del regulador de Wall Street sobre el acuerdo, incluyendo que la transacción podría resultar en una compañía de inversión no registrada en lugar de una SPAC, pero en última instancia, sus propuestas no dieron frutos.
“Ellos plantearon un montón de objeciones a medida que el tiempo avanzaba sobre las cuales pensamos que las podríamos manejar todas hasta que plantearon que esta no es una buena combinación de negocios, y entonces se terminó”, dijo. Una de las sugerencias de PSTH —crear un fideicomiso que mantendría las acciones de Universal Music para los inversores hasta que se registraran en la SEC en septiembre— podría haber dejado a los accionistas a corto plazo insatisfechos porque su inversión no sería líquida durante cuatro meses. En su carta, Ackman reconoció que subestimó la reacción negativa de los inversores de PSTH a la complejidad y estructura del acuerdo.
Las acciones de PSTH, que registran una caída de 18% desde que se anunció el acuerdo a principios de junio, se mantuvieron estables en las primeras operaciones de Nueva York. PSTH ahora tiene 18 meses para completar una nueva transacción y Ackman agregó que solo buscaría acuerdos convencionales de SPAC.
En un comunicado por separado, Vivendi confirmó el cambio y dijo que Pershing Square todavía compraría una participación de acciones de entre el 5 al 10%. Si es menos del 10%, ofrecerá el resto a la venta a los accionistas antes de que Universal Music se separe en una compañía independiente en septiembre.
Vivendi había planeado la venta de una última porción de Universal Music, el sello discográfico más grande del mundo y su negocio más rentable, como una forma de generar dinero antes de la separación. Ya vendió 20% de Universal Music a un consorcio controlado por Tencent de China.
La separación se realizará mediante una distribución en especie, en la que los accionistas actuales de Vivendi se convertirán en accionistas de la nueva empresa, valorada en 35,000 millones de euros y que se cotizarán en Ámsterdam.
Inversores activistas como Bluebell Capital presionaron a Vivendi para que modificara las condiciones de la separación de Universal Music por medio de una campaña pública, pero no llegaron a inquietar para detenerla. Vivendi obtuvo un apoyo abrumador para la medida en una votación de los accionistas en junio. El valor de las compañías de música se ha disparado en los últimos años a medida que los servicios de streaming como Spotify revivieron la industria, generando miles de millones de dólares en pagos de regalías a los sellos discográficos.
Los “tres grandes” sellos discográficos de la industria —Universal Music, Sony Music y Warner Music— controlan casi 80% del mercado de la música, que se pronostica que para 2030 aumentará a más del doble para alcanzar los 45,000 mdd, según Goldman Sachs.
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