Una alianza equilibrada
Renault necesita apoyo para reestructurarse, lo que le da a Nissan más poder de negociación.
El jefe de Renault, Luca de Meo, dirige el grupo francés de vehículos de manera competente desde que tomó el volante en 2020. Ahora hay esperanza de que pueda superar un obstáculo recurrente: la tensa relación con Nissan, su socio japonés. Los informes de “discusiones en confianza” sobre el futuro de la alianza hicieron que el precio de las acciones de Renault subiera 5% el lunes pasado.
Hay mucho que discutir. Renault quiere que Nissan acepte su plan de vender parte del negocio de motores de combustión —denominado “Horse”— a la compañía china Geely. También espera que Nissan invierta en la unidad de vehículos eléctricos propuesta por Renault, conocida internamente como “Ampère”. La reestructuración tendría como objetivo aumentar las valoraciones, afinar la toma de decisiones y mejorar el acceso al capital.
A cambio, Nissan presiona a Renault para que reduzca su actual participación de 43.4%, posiblemente hasta 15%. De este modo, Nissan dejaría de estar bajo el control de la automotriz francesa. Esto permitiría al grupo japonés ejercer sus derechos de voto sobre una participación de 15% en Renault.
La automotriz francesa se beneficiaría de la reducción del capital que tiene invertido en Nissan. Esta participación representa actualmente 6,100 millones de euros (mde) de su valor de mercado de 9,400 mde. Eso deja al remanente con un valor de 10 euros por acción, no mucho más que sus ganancias por acción de 7 euros (sin Nissan), estima la empresa de asesoría financiera Jefferies.
La valoración se ve agobiada por la compleja estructura del reparto de las acciones, así como por unos márgenes de utilidades operativas inferiores a los de la mayoría de sus competidores. Renault perdió su segundo mayor mercado al salir de Rusia a principios de este año. Las acciones subieron 45% en los últimos seis meses, aunque todavía no regresan a su máximo anterior a la invasión.
La tarea de desenmarañar la alianza se complica por las múltiples partes interesadas de Renault, incluido el Estado francés. Sin embargo, es posible que la automotriz anuncie las bases de un acuerdo en su día de mercado de capitales el 8 de noviembre.
El equilibrio de poder entre los dos grupos automotrices cambió desde que Renault compró su participación en Nissan, una compañía casi en quiebra a principios de siglo. Renault necesita apoyo para su plan de reestructuración, lo que le da a Nissan más poder de negociación. El deseo mutuo de cambio abrió una posible vía de avance.