Perspectivas de tipo de cambio
El peso mexicano se mantendrá estable en 2023, al cotizar por debajo de los 20.50 por dólar.
Una de las variables económicas más difíciles de predecir es el tipo de cambio. Se pueden proyectar tendencias a mediano y largo plazo, pero al final es en el día a día donde se definen las cotizaciones. En el caso del peso mexicano, la dificultad es mucho mayor dada la enorme liquidez de nuestra moneda y su amplia convertibilidad; probablemente usted no lo sepa, pero de las transacciones peso-dólar o viceversa que se realizan diariamente y que se estima ascienden a 115 millones de dólares (mdd), 80% se realizan fuera de México. Las razones que motivan movimientos en la cotización del peso son mayormente de carácter externo, es decir, son acontecimientos de origen internacional que por contagio influyen en el valor de nuestra moneda; por ejemplo, lo acabamos de vivir hace un par de meses, cuando Reino Unido cambió de Gobierno y la Primer Ministro entrante Liz Truss presentó una Reforma Fiscal, que según ella estaba encaminada a mejorar la situación económica en su país y consistía en recortes de impuestos, ocasionando una enorme crisis de confianza que produjo una gran devaluación de la libra esterlina, así como un desorden en los mercados de bonos del Reino Unido.
El peso mexicano, ante esos eventos, se depreció cerca de 60 centavos, pasando de 20 pesos por dólar a 20.60. Uno se preguntaría por qué, la respuesta es simplemente por contagio; afortunadamente fue un evento transitorio y sin consecuencias, ya que días después la Primer Ministro y su secretario de Hacienda fueron reemplazados por un nuevo Gobierno.
El valor de las monedas está íntimamente ligado con las tasas de interés. En términos generales cuando un Banco Central incrementa las tasas internas de interés, le da más valor a la moneda en cuestión; cuando el movimiento es de baja, lo que puede provocar es que la moneda pierda valor. Por ejemplo, este año en los primeros nueve meses el dólar se fortaleció frente al euro, este perdió 13% con respecto al dólar. El motivo fue que las tasas de interés en Estados Unidos (EU) empezaron a subir en marzo y el Banco Central Europeo mantuvo las tasas en cero hasta septiembre. A partir de que en Europa empezaron a subir las tasas, el euro empezó a recuperar terreno y hoy para comprar un euro tenemos que gastar 1.03 dólares y no 0.97 centavos, como sucedía a mediados de año.
Dicho lo anterior y pensando en México, la perspectiva de valor de nuestra moneda en los próximos 7.5 meses, hasta junio del 2023, es de bastante estabilidad suponiendo que no hay factores geopolíticos relevantes y que en lo interno tampoco suceda nada.
Dentro de los factores externos que tenemos que cuidar es que, si las tasas de interés en dólares se suben por encima de 5% que es lo que hoy está programado, nuestra moneda puede sufrir. Si los incrementos en la tasa llegaran al 6 o 7% como algunos pronostican, el deterioro podría ser más serio. Con tasas en EU al 5% el tipo de cambio se puede ir hacia los 20.60 por dólar, pero si las tasas se van arriba del 6 o 7%, podríamos devaluarnos arriba de los 21 pesos por dólar. Ese sería el escenario externo más importante para considerar; el otro está centrado en lo que pueda pasar con la guerra entre Rusia y Ucrania.
En lo interno, no creo que haya problemas por presión en las finanzas públicas. Ese problema lo tendremos hasta 2024. Para el año entrante el riesgo es una mala negociación con nuestros socios comerciales en el T-MEC con relación a los cambios que pretende México incluir en el apartado de energía.
La perspectiva hacia junio del año entrante es de bastante estabilidad, con nuestra moneda cotizando con respecto al dólar por debajo de los 20.50