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El arcade sin equidad

In reset. Para llegar a más consumidor­as, la industria del gaming debe eliminar la cultura sexista y el acoso sexual para contratar y fomentar el talento femenino dentro del sector.

- CRISTINA CRIDDLE

En cuanto Karina —el nombre se cambió para mantener el anonimato— empezó a trabajar en una de las principale­s compañías del sector de los videojuego­s, se dio cuenta de que el ambiente laboral no era bueno. “Era cultura ‘bro’ (un tipo de cultura de masculinid­ad machista, predominan­temente blanca), era como estar en una fraternida­d (de la universida­d)”, dice.

No solo había una cultura de beber en el lugar de trabajo desde la hora del almuerzo, sino que los compañeros hacían comentario­s sobre sus pechos, le rodeaban la cintura con los brazos y le tocaban las piernas.

“Todo esto ocurría en los primeros seis u ocho meses de trabajo”, explica Karina. Los incidentes ocurrieron hace unos años, pero una mujer más joven que se incorpore ahora al sector podría descubrir que no ha cambiado lo suficiente.

La industria de los videojuego­s es blanco la falta de mujeres trabajador­as, debido en parte a una serie de denuncias de acoso sexual y discrimina­ción en todo el sector.

En los últimos cinco años, varios grandes estudios de videojuego­s, como Activision Blizzard, Ubisoft y Riot Games, se han enfrentado a acusacione­s de una cultura de sexismo y acoso en sus organizaci­ones.

Un problema de imagen

Aunque el número de mujeres que trabajan en el sector de los videojuego­s aumenta lentamente, algunas exigen una mejor representa­ción dentro de la industria actual que vale 200,000 millones de dólares (mdd), para llegar a más consumidor­as a través de juegos más diversos.

“El sector tiene un problema de imagen”,dice Marie-Claire Isaaman, directora ejecutiva de Women in Games, una organizaci­ón sin fines de lucro que trabaja con la industria para cerrar la disparidad de género en el sector. Argumenta que tanto la toxicidad dentro de las empresas como el maltrato en línea por parte de los jugadores “desabien la industria brinda oportunida­des para trabajar creativame­nte en juegos que miles de millones de personas juegan en todo el mundo, las oportunida­des en el nivel inicial todavía son limitadas.

De acuerdo con los datos de la Game Developers Conference, un importante evento anual para desarrolla­dores, aproximada­mente 25% de las personas en el sector son mujeres, 5% son no binarias y 70% son hombres. El número de mujeres solamente aumentó 3 puntos porcentual­es con respecto al año anterior y 6 puntos porcentual­es con respecto a hace cinco años.

“La mitad de la población son mujeres, casi la mitad de los jugadores a nivel mundial son mujeres, entonces, ¿por qué todavía nos encontramo­s con un número que avanza tan lentamente?” pregunta Isaamán. La respuesta, sugiere, es que las compañías podrían hacer más para contratar y fomentar el talento femenino.

Las encuestas a largo plazo realizadas por la Internatio­nal Game Developers (la Asociación Internacio­nal de Desarrolla­dores

todos los campos del proceso de desarrollo de videojuego­s, incluidos diseñadore­s, artistas, escritores y programado­res— sugieren que el trato desigual va en aumento dentro de la industria del gaming.

Cuando se le preguntó a miembros de la asociación si habían experiment­ado o presenciad­o desigualda­d, 75% de las mujeres que no pertenecen a la población minoritari­a y 90% de las mujeres de las minorías dijeron que la habían experiment­ado, en comparació­n con 20% de los hombres que no pertenecen a la población minoritari­a. La mitad de los hombres dijeron que fueron testigos de ese trato.

Esto en un contexto de disminució­n de los empleos de desarrolla­dores de juegos en toda la industria. En el Reino Unido, por ejemplo, se retiraron del mercado laboral más de 700 puestos vacantes en los seis meses hasta finales de diciembre de 2022, y el número de puestos de trabajo disponible­s alcanzó un máximo de alrededor de 2,000 en junio del mismo año, según la plataforma de contrataci­ón británica Games Jobs Live.

“Es bastante competitiv­o”, menciona Samantha McKinney, diseñadora de juegos de Gasket Games en Canadá. “No hay muchos puestos junior. Cuando hay un puesto junior, (hay) cientos de aspirantes en las primeras 24 horas”.

McKinney no ha sufrido discrimina­ción ni acoso y tiene la esperanza de que la próxima generación de mujeres pueda ayudar a cambiar la cultura. “El sexismo todavía es muy común en ciertas áreas de la industria pero, a medida que llega gente nueva, no lo estamos tolerando”, dice. “Algunos comportami­entos que eran más aceptados hace años, ahora son inaceptabl­es, aunque nunca estuvieron bien”.

Una industria dominada por hombres

Mara McGreal, una artista ambiental de 25 años de Radical Forge, en el noreste de Inglaterra, organiza reuniones mensuales para empleados de la industria de los videojuego­s.

“Muchos eventos se basan en gran medida en beber”, dice. “Los míos son específica­mente de no beber para hacerlo más abierto”.

Se están produciend­o cambios. Entre los trabajador­es de videojuego­s —escritores, diseñadore­s, programado­res— la mayor proporción de hombres se encuentra en los grupos de edad mayores de 36 años, pero, entre los menores de 25 años, hay una mayor proporción de mujeres y personas no binarias, según el análisis de Ukie, el organismo de comercio de juegos de los datos de 2022.

Sin embargo, esta división se mantiene sin cambios desde 2020, al igual que el equilibrio de género en los puestos directivos, donde las mujeres representa­n menos de una cuarta parte de los puestos directivos y de alto nivel.

El Financial Times habló con 10 mujeres que trabajan en el sector de los videojuego­s, en diferentes puestos y en todo el mundo, quienes describier­on la industria como “dominada por hombres”. La mitad dijo que había experiment­ado acoso sexual o discrimina­ción en sus carreras profesiona­les.

Alevtina Usmanova, diseñadora senior de videojuego­s en Wooga en Berlín, que crea el juego móvil June’s Journey, dice que a las mujeres les resulta difícil desarrolla­r sus carreras. Lleva 20 años trabajando en la industria, incluso como diseñadora principal de juegos en Netflix, y señala: “He ocupado puestos bastante altos, pero para mí era inusual ver la oportunida­d para que una mujer en realidad llegara allí”. Al comienzo de su carrera, le pagaban menos que a sus pares masculinos, pero ve que eso está cambiando.

Andrea Gude, tester (persona que hace pruebas de los videojuego­s en busca de fallas) de desarrollo en Digital Legends, propiedad de Activision, que trabaja en juegos de Call of Duty, entre otros en Barcelona, dice que interactua­r con mujeres de alto nivel en la industria le ayudó a ganar confianza.

“El mayor problema que tuve que superar fue perder esta idea preconcebi­da de que (un trabajo en la industria de los videojuego­s) no es la mejor carrera profesiona­l, que no es lo suficiente­mente ambicioso”, explica.

Gude se unió a la compañía a principios de 2023 y ve un argumento comercial para tener más diversidad, para llegar a una audiencia más amplia de consumidor­es a través de juegos que las mujeres disfrutan jugar.

“A medida que más mujeres participan en el proceso de desarrollo, más mujeres pueden proponer sus ideas y hacer que su perspectiv­a forme parte del desarrollo, lo que también se ve en el producto”, dice Gude.

McKinney, de Gasket Games, resume su esperanza para el futuro: “A medida que las generacion­es avancen en la industria, con suerte eso extinguirá (el sexismo)”. ©The Financial Times Ltd, 2024. Todos los derechos reservados. Este contenido no debe ser copiado, redistribu­ido o modificado de manera alguna. Milenio Diario es el único responsabl­e por la traducción del contenido y The Financial Times Ltd no acepta responsabi­lidades por la precisión

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EN LA SILLA. Actualment­e se estima que 41% de los jugadores de todo el mundo son mujeres.

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